Oscar Esquivel | 23/08/2024 | 12:40
Para la vida política del país el momento actual es transcendental, donde la democracia es la forma de vida, conocemos posturas diferentes sobre esta, desde quienes viven de la política, hasta quienes sufren de ella, la democracia dice algunos, es un juego de ajedrez, donde la pieza menos esperada pone en jaque al rey. Para algunos la democracia es la repartición de la riqueza entre los capitalistas, para que ellos promuevan el bienestar entre trabajadores y campesinos, la fuerza laboral que genera riqueza para algunos cuantos, y que con el tiempo se diluye generando pobreza laboral, es una democracia ganada a base de dinero. Hay políticos que lo hacen con el erario público, pero eso es otro tema. La democracia proviene del pueblo en su raíz mas pura, pero para otros la democracia se convierte en un instrumento de coacción, de prebendas, de “cubrir necesidades” del pueblo, para después cobrarles caro la factura, regalandosu voto en alguna elección.
La toma de decisiones de la clase dominante, sea política o económica, son para satisfacerse asi mimos, sentirse orgullosos de lograr “cambios”, sin embargo, la avaricia, lo codiciosos y el hambre de poder los acobarda, piensan que perderán todo si hacen lo correcto por el ciudadano.
“Los cobardes que hacen prueba de su temeridad en los momentos peligrosos, son después los más charlatanes y atrevidos en sus discursos”, Tácito, como diciendo creerse valiente, para venderse caro en el futuro.
Sobre, sobre y sobrerrepresentados.
Bien, así sucede, nos venden o nos dan democracia, hoy se lucha por alcanzar el mayor número de curules en la Cámara de Diputados, la oposición argumenta una sobrerrepresentación de Morena, “que el partido hegemónico volvió para quedarse”, “que se hará de la constitución un plato fuerte para hacer lo que venga en gana”, una oposición, apoyada por los mismos medios y comunicadores de siempre, no hacen mas que repetir una y otra ves las mentiras de siempre, han solicitado al Tribunal Electoral que “interprete la ley”, que la sobrerrepresentación recaiga en las coaliciones y no en los partidos de manera individual como dice la ley.
¡¿Cómo se les ocurre solicitar violar la ley?! Esto dice textual:Artículo 54 “En ningún caso, un partido político podrá contar con un número de diputados por ambos principios que representen un porcentaje del total de la Cámara, que exceda en ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida”. La obviedad es clara, la oposición conservadora se acobardó en no querer eliminar la mitad de plurinominales, de 200 a 100, movilizó en un discurso mentiroso como dijo Tácito, a miles en una Marea Rosa, para que el INE no se tocara, ahora ellos mismos les reprochan a sus integrantes ser vendidos, ser esquiroles del poder oficial.
No hay otra manera de sobrevivir que, con plurinominales, la democracia a segundo plano.
La realidad es esta, 236 serían para Morena; 77 para el Partido Verde y 51 para el Partido del Trabajo. Para la oposición ganando solo tres distritos federalesdel PAN, ninguna el PRI, ni el PRD, se llevarían, PAN 72; PRI, 35 y PRD, uno de mayoría relativa, quiere decir que las minorías si están sobrerrepresentadas, sin ganar una sola diputación tendrán en coalición 111 diputados plurinominales, de los cuales nadie votó, nadie los eligió, son las prebendas para sus dirigentes, regalos de final de sexenio, si nadie quiere los plurinominales ¿Por qué los ciudadanos lo seguimos permitiendo?
Los ortodoxos de la política, darán sus discursos pro minorías, deben tener voz reclaman ¡claro que sí!, pero porque no bajo el método de elección universal, es decir, quien quede en segundo lugar el las votaciones sea quien alcance la primera minoría, y los diputados por circunscripción simplemente desaparezcan, son los peores lastres, estorban, no hacen nada y solo obtienen jugosos salarios.
Reforma sin cobardes.
“Es mísero callar, cuando importa hablar” Cayo Salustio, testigo de la transformación de la república de Roma, anteponía la historia frente a la política, luchador de la imparcialidad dentro de los aconteceres político, por ello se le denomina “El primer historiador Latino”, nos lleva a reflexionar sobre la inminente reforma al Poder Judicial Federal.Vemos noticias con un sesgo egoísta y cobarde, primero nos preguntamos si la reforma es una necesidad urgente, ¡un clamor popular! ¿Por qué los detractores actuales no la hicieron antes?, cobardes, solo era su conveniencia.
Somos víctimas, rehenes, presas de un poder judicial enfermo, podrido. Hoy están en paro los trabajadores de a pie, el presidente tiene razón “paleros de jueces y magistrados”.
Cuantos y en muchos casos, usted requiere de los servicios de un abogado, ingresa su caso en algún juzgado y lo primero que solicita el abogado, es dinero para repartir entre el personal del juzgado para que “avance” su caso, si no el expediente se pierde. Ahora imaginemos la corrupción de jueces y magistrados, esos no van por limosnas, los miles por delante y sueltan al “capo”, otro ejemplo, si es un pobre diablo en prisión por robar para comer, la respuesta cínica de un juez, “Son consecuencias sociales a falta de una buena defensa, pasara años en la cárcel por robar una lata de sardinas”.
La reforma al Poder Judicial no solo es la elección de jueces y magistrados, cuestionable y perfectible, va mucho más allá, es el futuro, no la catástrofe que anuncian los agoreros del desastre, ni las posturas de los “expertos” del conservadurismo, que en los últimos meses no dan una. El daño que desean a México es tal, que provocan con su influencia económica que “calificadoras” internacionales como Fitch, Moody's y Standard &Poor's. bajen la calificación crediticia del país, y sí, así lo hacen parapresionar y evitar cualquier reforma que sus aliados millonarios mexicanos se vean afectados, sin embargo, el país da visos de mantener una economía que atrae inversión extranjera, sea de empresas ya instaladas o inversiones directas.
Por cobardía en le pasado no hicieron nada para mejorar la justicia, hoy se revuelcan en el lodo de sus conciencias.
Nos saludamos pronto
Oscar Esquivel