El ángel exterminador

Entre el surrealismo y la realidad, Luis Buñuel, el legendario director de cine, más mexicano que español, nos deja ver la flaqueza humana, por más dinero, joyas y diversión tengas, siempre saldrán a relucir los miedos, la incertidumbre de mostrarse uno tal cual es.

Después de asistir a la ópera, un grupo de amigos convivirán en una casa, donde de pronto al querer salir expresan pretextos para no hacerlo, su miedo interior y a pesar de su poder económico, convertido en soberbia, procuran no hacer sentir temor ante los demás. Pasa el tiempo y comienzan a despojarse de sus cosas físicas, su ropa, zapatos, pero también luchan contra los temores internos.

Los personajes se trasforman, se les nota en el rostro, su físico ya no es el mismo, su mente se perturba, después de todo el glamur, elegancia en todo, se auto despojan del vestido, e inesperadamente de sus infiernos internos, dando se cuenta que son “mortales”. Vecinos y curiosos veían a los “ricos” como dudaban en salir sin verse “desnudos”. El ángel exterminador hacia su trabajo.Los finos vinos quedan atrás para dar paso a romper un muro y beber agua como cualquiera, creen sobrevivir ante la miseria, prenden fogatas, se calientan como pueden, la sala de la casa es su cárcel, como los pobres pues, frio, hambre y sed.

En el reflejo de la luz de la fogata, se esconden las vilezas que comienzan a surgir, instintos de fieras y monstruos, los cuales son sus secretos inmorales inconfesables, la indecencia de sus vidas comienza a salir. Ya no hay cuenta del tiempo, serian días, semanas, meses, han dejado de ser humanos, para convertirse en seres del inframundo.

Llega el tiempo para salir, uno que se perdió y los humilló, abandonan la casa para olvidad lo sucedido, sus vidas vuelven a la frivolidad, para después volver hacer rehenes nuevamente del Ángel Exterminador.

Nunca entendieron nada, nunca volverán hacer nada, así ganen partidas en la vida banal que llevan.

Una camarilla encerrada en su círculo virtuoso de revolucionarios, comandados con un hábil, astuto, pero soquete altanero y corrupto, el PRI de la revolución tiene su propio Ángel Exterminador, Alejandro Moreno Cárdenas. Él no es el “enterrador” como muchos dicen, al contrario, no permitirá que su ahora familia “revolucionaria” salga de casa, se asegurará de mantenerla refugiada en sus miserias “ideológicas”, en su conveniencia económicamás que política. Entre cuatro paredes quisieran salir, sin embargo, la codicia, la egolatría, la traición, sus formas de ser, ya no les permite dar un paso para abandonar las filas del PRI. Están asustados, tienen miedos, dejan ver sus miserias, pero cuando los hagan diputados o senadores “pluris” que es para lo que les alcanzará, se les olvidará todo lo que la gente observa desde afuera.

El evolucionario de Alejandro Moreno es que el PRI comparta con los cuates que se queden y se disciplinen, prebendas del presupuesto, cada vez más raquítico, al fin presupuesto, dineros del partido o de alguna regiduría como mínimo. El PRIseguramente tardara mucho en desaparecer, de la vida política nacional ya ni se le cuenta, tendrá las sobras de alguna alianza, algún diputado federal plurinominal, porque, como les fue en estas elecciones federales, no obtuvieron un solo triunfo como partido en lo individual, en coalición, nada espectacular, solo 3 diputados de 300 de mayoría relativa, por increíble que parezca, el PRI solo alcanzó en todo el país la ridícula cantidad de 102mil votos, de 61 millones en la elección para las cámaras, donde el PRI apoyó a candidatos de la coalición prianista, obtuvo 6.6 millones de votos, quiere decir“sin el compadre no va a la cantina”.

Veremos  algún presidente municipal de esos trasnochados abanderando al tricolor, prometiendo bienestar, salud, educación, seguridad, todo menos honradez, será sin duda un partido regional, ganará elecciones remotamente en algún estado de la república.

¿Cómo fue esta debacle? Creo no es Moreno Cárdenas, él será quien contenga a “notables”, los mantendrá en casa, algunas veces les permitirá salir a desempolvarse, y digo les permitirá salir, porque si las decisiones antes eran verticales y lograban alcanzar a unos cuantos a realizarlas, ahora sin duda el sello será fascistoide, de corte dictatorial, nadie se mueve sin la autorización del “presidente de la nueva revolución”, pero insisto, el solo es el Ángel Exterminador, requiere de la inmoralidad de dirigentes que se quedan, necesita sumisión de un grupo reducido, las mayorías ya las perdió. Este presidente sabe y conoce de burocracia, de métodos coercitivos en grupos reducidos de ejecutivos por un mismo fin, salvar la empresa aun cuando ya no tenga fuerza laboral.

Los enterradores están puestos para las próximas elecciones intermedias en tres años 2027, sus propios alfilesse cortarán la cabeza entre ellos, cuando se den cuenta que nunca llegarána romper el ciclo de entrar y salir a sus propias miserias ideológicas y de principios políticos.

El subconsciente
El presidente municipal de San Luis Potosí, Enrique Galindo Ceballos, dejó entre ver su salida del PRI, comenzó haciendo alusión al síndico, que le cuestionó si todavía era del PRI, ruborizada baja la cabeza, como diciendo… “en esas estamos”.Se vuelve a escuchar al primer priista Galindo. “ya nos vamos hacer de otro”, seguramente si no convence por las “buenas prácticas políticas”, con dinero “baila el perro” exclama …¡ay! ¡no! ¡¿eso no lo gravaste wey? … ¡bórrenlo!

Es un secreto a voces y confirmadas reuniones con Movimiento Ciudadano, del mismo Enrique Galindo con el jerarca Dante Delgado, o de los subalternos del ayuntamiento, secretarios, directores, regidores, todo volcados en ver a donde se van, donde se colocan. El edil tiene buenos operadores, grillos profesionales, tanto que convenció del apoyo a miembros “distinguidos de Morena” para que lo apoyaran en su reelección, sin ellos no hubiera obtenido el triunfo y como el espacio es muy corto, solo resta decir, casualmente Galindo ganó casillas de los barrios potosinos, donde en la elección del 2021, había ganado, el candidato de Morena.  De tarea.

Nos saludamos pronto

Oscar Esquivel