Dr. Jaime Chalita Zarur. | 13/08/2024 | 00:33
Para quienes trabajamos en el sector público, debemos ser conscientes que estamos sujetos al escrutinio de nuestras acciones, para revisar nuestros gastos y comportamiento al servir a las personas y, tener la exigencia del cumplimiento debido al cual nos hemos comprometido, observando lo que nos señala la ley que nos ata como sociedad.
El juramento al que nos obligamos voluntariamente los funcionarios público es, en muchas ocasiones letra muerta porque, y no se de donde, los servidores públicos hemos sido separados de la ciudadanía, fraccionando la sociedad en que vivimos, cuando todos ocupamos el espacio físico en el que se nos permite convivir.
“Las promesas no empobrecen, es el dar lo que aniquila” : proverbio popular que debería estar desterrado cuando menos para quienes debemos servir a las personas de la mejor manera posible pero, en muchos casos algunos, de quienes están al servicio de los demás, mienten en tanto, prometen de todo y cumplen casi nada.
Como hemos comentado en muchos espacios, es el gobierno de cualquier nivel, quienes deberían ser los ejecutores de la voluntad de sus gobernados y quienes, deberían ser los que, utópicamente, deberían de mandar.
Utopía porque, no tenemos más allá de un pueblo dividido y confrontado y eso no nos da ni congruencia, ni unidad en lo que deseamos que se convierta nuestra Nación, el Estado, nuestro Municipio.
La parte más sentida es la impartición, la ejecución, la aplicación de la ley esperando que el juicio de personas “letradas” sean quienes elegidos en ministros, magistrados o, jueces, hagan honor a la esfinge de la balanza dando a cada quien lo que le corresponde.
En esta parte de nuestra historia, hay personas que en Mexico, rompieron el principio de la separación de poderes y lo más grave, es que lo han hecho desde el órgano supremo de justicia.
En la Suprema Corte de Justicia, existió una persona que tubo y aún tiene, sueldos extraordinariamente superiores al presidente de la República con un poder adquisitivo enorme y hoy, fuera del servicio de la corte, critican a la derecha, asumiéndose como defensor de una izquierda trasnochada. ¿Te suena algún personaje que le sirvió al Poder Ejecutivo desde la Suprema Corte de Justicia?
Y es que las personas que trabajamos cada día para sostener a la familia, nos hemos dejado separar como sociedad. Lo pero es que, en muchos casos nos odiamos desde la colonias, la Ciudad, el Estado y la Federación, ni se diga.
Llega una nueva oportunidad, con la primera Presidenta de nuestra Nación; esperemos que llegue entonces, la Estadista que necesita nuestro País y venga la reconciliación de nosotros, reinventando nuestro Estado Mexicano, con su marca propia, alejándonos de una utopía.
Hasta ahora los mexicanos no queremos ser ciudadanos de nuestra Patria, queremos ser mezquinos, ególatras y muy envidiosos. Así ¿como? Habría que cambiar en atención a nuestro Hogar común.
@jaimechalita