Martes 22 de Octubre de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

El Momento de las decisiones

José Luis Solís Barragán | 13/08/2024 | 00:27

Estamos a pocos días de que el Tribunal Electoral de la Federación en el ejercicio de sus facultades constitucionales le otorgue a Claudia Sheinbaum Pardo su constancia que la acredite como la próxima Titular del Poder Ejecutivo Federal, siendo este el momento del cierre del proceso electoral al haberse agotado las instancias y los procesos de impugnación sobre la elección presidencial de este año.
 
Claudia Sheinbaum dejará de ser virtual ganadora, para tomar el rol de presidenteelecta, y es aquí donde empieza la verdadera transición gubernamental, se constituyen los equipos de entrega-recepción y comienza el proceso formal para transferir la estafeta entre administraciones.
 
La entrega de la constancia es formalizar lo que se vivió durante la jornada electoral, es la culminación de un proceso en el que se fue saneado la elección y que debe ser el final de la confrontación para dar paso a la construcción del Gobierno; es la legitimización institucional de la lucha política previa.
 
Si bien la entrega de la constancia la reconoce como presidente electa, la realidad es que ello no le va a dar por sí mismo el poder, sobre todo con un liderazgo que sigue controlando los vaivenes políticos del país; la constancia formaliza su triunfo, pero no la transferencia del poder, porlo que en los hechos la presidencia deberá ser ejercida, pues para ello fue electa.
 
La constancia es un paso más en el camino que la llevó a la presidencia, es la antesala que le puede ayudar a fortalecer su legitimidad política, ya que tiene margen para construir acuerdos con todas las fuerzas políticas que pongan fin a la polarización que se agudizó en los últimos años.
 
Claudia durante la campaña siguió dando mucho margen de decisión al Presidente López Obrador, después del triunfo cedió espacios de decisión como el hecho de permitir que la agenda de cambios legislativos la trazara el gobierno que esta en plena etapa terminal; y a ello se suma las señales que desde Palacio Nacional se manda de intervenir en el proceso de selección del gabinete legal y ampliado de la nueva presidencia.
 
López Obrador tiene una personalidad imponente, eclipsó en su momento a Enrique Peña Nieto y hoy por momentos los hace con su sucesora; el Presidente se sabe con un liderazgo que le da atribuciones para “orientar” algunas decisión de la sucesión, sin embargo ya a partir de la entrega de la constancia, Claudia debe marcar línea y trazar su ruta de Gobierno y del ejercicio del poder.
 
Un día mi abuelo me dijo: “el poder es para ejercerlo, sino lo haces tú, alguien lo ejercerá, porque no acepta vacíos”; y estamos ante el momento crucial en que la presidente electa, ya suma la legitimidad electoral del resultado de la jornada y ahora tendrá la investidura que le dará la legitimidad institucional; pero mientras siga dando tanto espacio de acción al Presidente López Obrador, esto restará fuerza a su propia autoridad.
 
Por momentos nuevos aires recorren al país, vemos a una Claudia tratando de tranquilizar al mercado, intentando dar certezas, dialogando con todos los gobernadores y dando muestras de que no quiere cerrar los canales comunicantes; desgraciadamente por otros momentos se eclipsa ante la fuerza del Presidente en funciones que sigue polarizando.
 
Claudia debe asumir que tiene un control que ni el propio Presidente López Obrador había logrado, pero a diferencia de él, su fuerza política se encuentra unida alguien y ella debe trazar el camino que le garantice un adecuado ejercicio del Gobierno, sin las trabas que se quieran imponer por la herencia de un legado y por el anhelo de pasar a la historia como un transformador.
 
Es momento que Claudia tome decisiones, que deje claro que, si quería continuidad, pero que este será su Gobierno, es importante que esos aires que quiere mostrar no sean un destello, sino una constante; es necesario que entienda que en estos momentos es fundamental que sobre piense cada paso y que su momento ya llegó.
 
Claudia es libre de decidir que invitados quiere en su toma de protesta, los miembros de su gabinete, así mismo, debe buscar mandar un mensaje claro de que tiene la capacidad de controlar el poder que se le confirió en las urnas; y por supuesto, debe rendir cuentas por todo ello, ya que debe saber que cada decisión tiene sus costos
 
La nueva presidencia debe estar construyendo su estilo personal de Gobernar, es un momento de decisiones y las vacilaciones en el ejercicio del poder no abonan a un entorno de tantas dudas e incertidumbres que tienen nerviosos a los mercados y a una gran parte de los ciudadanos que mira con desconfianza la aniquilación del sistema de pesos y contrapesos que fue diseñado durante décadas.
 
Es un momento clave para Claudia, con la entrega de la constancia solamente es el tiempo la que la separa de la inminente toma de protesta, pero quizás es mucho más grande lo que la separa de la plena libertad en el ejercicio del poder.