Es potosino y exorcista adjunto en Monterrey

Cada semana, el Padre Ernesto María Caro recibe decenas de personas que creen estar poseídas por el demonio.

"El demonio no mata gente", apunta Caro. "Puede enfermarte mentalmente o producir efectos de enfermedades, que es cuando el médico dice: 'No sé qué le pasa'".

Y llegó su ayuda

En esta difícil batalla, el Padre Ernesto María Caro recibió en diciembre del 2023, la ayuda de un exorcista adjunto para apoyar con el trabajo. El Padre José Elías Juárez, potosino de nacimiento, aunque ha vivido en Nuevo León toda su vida, recibió el nombramiento en diciembre del 2023.

El potosino relató que "Hay personas que vienen diciendo: 'Padre, vengo a que me haga un exorcismo' y les digo: 'Espérate, tranquilo, vamos a platicar'", ríe el Padre Juárez, actual párroco de Santa María Reina de la Paz, en Monterrey.

"No es tan común (la posesión)", añade, jovial. "Basta con presenciar a una persona que sufre para acompañarlos con el exorcismo".

MAYOR DEMANDA

Como le ocurre a muchos de los exorcistas, dijo el Padre Juárez, su camino inició por inquietud personal. Recuerda que desde su primer año de sacerdocio, en 2008, se acercaban con él personas en búsqueda de acompañamiento, posibles posesiones.

"Desde una niña de 13 años que me dice que ve muertos. La apoyo a través de oraciones y después es sanada", comenta el Padre, quien se entrenó de manera formal el año pasado cuando Caro lo invitó a integrarse a su equipo.

Los rituales de exorcismo son parecidos a los ritos de una misa cristiana, explican: se invoca a Dios, se hacen oraciones específicas, y se usa el agua y aceite bendito.

Ciertos demonios son más difíciles que otros y requieren más de una sesión de exorcismo. Hay casos que se alargan meses y hasta años.