San Luis Potosí, SLP.- A sus 76 años de colocado en la plaza principal de la capital potosina, el quiosco octagonal elaborado en cantera rosa no quiere caer en el olvido, pese a que varios de sus frentes y estructuras, se desprendan a pedazos.
Ese quiosco es, por antonomasia, la imagen principal, el símbolo esencial, del Centro Histórico de la ciudad, uno de los principales espacios de actividades comerciales, y el corazón político del estado.
La inmensa mole de cantera está rematada en la parte superior en sus ocho lados, por el nombre de un destacado potosino, como es el caso de Julián Carrillo, originario del municipio de Ahualulco y creador de la teoría del Sonido 13; sin embargo, muestra deterioro, piezas rotas, fragmentadas.
La duela interior, en las inmediaciones de cada una de las columnas de ese emblemático recinto, está afeada en varios puntos por los ácidos excrementos de las palomas que se refugian dentro de las oquedades del quiosco, que antes era el foro de recitales de bandas musicales y orquestas.
A pesar de estar en el punto más céntrico del Centro Histórico capitalino, el quiosco pareciera una cosa desapercibida, sucia, rota, a veces convertida en refugio de vagos y menesterosos que utilizan el suelo de madera para dormitar un poco.
En varios puntos, tras la última intervención para rescatar y preservar la estructura de cantera, en 2021, fueron intervenidas escaleras y cornisas; la operación tuvo como consecuencia que quedaran marcas de mezclas y cementos, plasmadas en un monumento histórico, catalogado como patrimonio histórico y cultural de San Luis Potosí.
Los colores de la piedra lo convirtieron en una estampa de la ciudad de los jardines, lo caracteriza que sus escaleras y barandales fueron elaborados en cantera, a diferencia de otros del siglo pasado, cuyas estructuras eran de trabajos en herrería que imprimieron un estilo en los jardines públicos.
Aún con sus piezas rotas y el deterioro pronunciado, permanece ahí el quiosco icónico del Centro Histórico.
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