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internacionales

Crece preocupación por virus Oropouche

EFE | 03/08/2024 | 15:37

En respuesta a su reciente aumento y expansión a nuevas áreas, así como a las primeras muertes asociadas y posibles casos de transmisión vertical, la Organización Panamericana de  la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica urgente, instando a reforzar la vigilancia e implementar diagnósticos de laboratorio para el virus Oropouche.
 
Hasta finales de julio de 2024 se habían confirmado 8 mil 078 casos de Oropouche en la región, con dos defunciones reportadas. Los casos se distribuyen en cinco países: Bolivia (356 casos), Brasil (7,284 casos, incluidas dos defunciones), Colombia (74 casos), Cuba (74 casos) y Perú (290 casos).
 
Aunque la fiebre de Oropouche se ha descrito históricamente como leve, la expansión de su transmisión y la aparición de casos más graves subrayan la necesidad de una vigilancia intensificada y una caracterización de posibles manifestaciones severas. En julio, Brasil reportó la investigación de casos de transmisión de virus Oropouche de mujeres embarazadas al feto.
 
El virus, transmitido principalmente por la picadura del jején (Culicoides), se ha concentrado tradicionalmente en la región amazónica. No obstante, factores como el cambio climático, la deforestación y la urbanización no planificada han facilitado su expansión a estados no amazónicos de Brasil y a países previamente libres del virus, como Bolivia y Cuba.
 
Los síntomas del Oropouche incluyen fiebre repentina, dolor de cabeza intenso, dolor articular y muscular, y en algunos casos, exantema, fotofobia, diplopía, náuseas, vómitos y diarrea. La mayoría de los pacientes se recuperan en cinco a siete días, aunque algunos casos pueden requerir varias semanas para una recuperación completa. En raras ocasiones, se pueden presentar casos graves con meningitis aséptica.
 
El virus Oropouche se puede confirmar mediante técnicas moleculares de laboratorio.
 
La OPS ha fortalecido la capacidad de diagnóstico en 26 países de la región. Sin embargo, debido a la similitud clínica del Oropouche con otras infecciones arbovirales y la falta de vigilancia sistemática en muchos países, es posible que la frecuencia de la enfermedad esté subestimada.
 
La OPS recomienda a los países de la región fortalecer la vigilancia epidemiológica y el diagnóstico de laboratorio, especialmente para identificar casos severos y posibles transmisiones verticales. También se insta a ampliar las campañas de prevención y a reforzar la vigilancia entomológica y el control vectorial para reducir las poblaciones de mosquitos y jejenes.
 
Se aconseja a la población tomar medidas preventivas, como el uso de repelentes, ropa que cubra piernas y brazos, y mosquiteros de malla fina, así como tomar precauciones adicionales durante brotes, especialmente para grupos vulnerables como mujeres embarazadas. No existen vacunas ni tratamientos antivirales específicos para la fiebre de Oropouche. El manejo de la enfermedad es sintomático, centrado en aliviar el dolor y rehidratar al paciente.