Lunes 30 de Septiembre de 2024 | San Luis Potosí, S.L.P.

‘PINCHE’ LA PALABRA AUTÓCTONA

Oscar Esquivel | 02/08/2024 | 09:26

Miremos donde estamos parados, estamos a gusto o no, si el aire es limpio puro, si el hogar es seguro, el parque es lindo, verde como nos gusta, cuando llueve, las gotas de agua remueven los olores, sintiendo ese aroma agradable a tierra mojada; el cielo caliente de mayo y junio ardiente como el sol dio respiro, surgieron las nubes grises cargadas del líquido de la vida, posteriormente disfrutamos del frescor húmedo que nos deja. Tan pronto despertamos de un sueño posible, viene las preguntas diarias, escudriñadas día a día por nuestras mentes atribuladas, en lugar de despertar con la esperanza de vivir plenamente, no vemos el destino marcado que ya lo llevamos dentro.
José Emilio Pacheco en su relación hombre-letras, encontró la mejor palabra mexicana heredada al mundo.
“Pinche” nos hace referenciar lo malo que están las cosas, es un epíteto que utilizamos cada ocasión, donde hacemos referencia a lo molesto que estamos, por algo que no nos parece. Técnicamente el epíteto es “adjetivo calificativo que indica una cualidad natural o característica del nombre a que acompaña”, “luna blanca”, “azúcar dulce”,” helado frio”, como “pinche es el frio de invierno” o “el pinche de mi compadre no trajo la cerveza”.
En la genialidad explicativa de Emilio Pacheco, lo explica así: “Pinche” puede ser un empleado sin resultados, el hábito de fumar, la suerte, un policía, una camisa, un perro, una casa, una persona, el mundo entero, una comida, un regalo, un sueldo o bien lo que a usted se le ocurra. Se trata, pues, de un epíteto que degrada todo lo que toca. Normaliza y vuelve aceptable una furia sin límites contra algo que nos ofende y humilla, pero no podemos cambiar. Hay jerarquías y niveles como “Esa novela me pareció un poco pinche”. “El racismo es una actitud pinchísima”. A veces puede ser un sustantivo inapelable: “No te lleves con él: es un tipo de lo más pinche.” Puede adquirir el rango de injuria máxima: “No me vuelvas a hablar, hijo de tu pinche madre.”
De donde salió esa palabra ofensiva, denigrante, que nos hace tener alivio mental cuando enojamos o tenemos diferencias. Si Pinche en el castellano español, su significado es el “ayudante de cocina” hoy en día serian los cocineros de algún mesón lujoso, chefs como hoy se les dice a quienes preparan alimentos, ¡ah! también limpian, lavan y en ocasiones son “tapetes” de los chefs en jefe. Entonces ¿de dónde salió esta palabra? Según Emilio, se usaba para denostar a quienes atendían a los hacendados ricos, de parte del común de los jornaleros. 
“Nació entre los peones obligados a trabajar la tierra para beneficio de los amos y que veían con explicable resentimiento a quienes laboraban en ocupaciones “serviles” dentro de la casa grande”. 
Pinche es el legado autóctono de México para el mundo.
Tal vez nunca podamos prescindir de ella en esta sociedad mexicana atribulada por lo pinche. Sin asustarnos, ¡sí! la pinchés de casi todo los que nos rodea y continuamos mirando, desde “donde estamos parados” y que todo está mal, lo pinche lo aceptamos, ya en ocasiones sin conciencia y que no debería ser así.
Vemos el engaño de las autoridades en todas aquellas obras que realizan, ya desde el principio, mal proyectadas, mal planeadas, mal ejecutadas, con sobre precios y claro está, con el pinche “diezmo” por delante, o mas si se puede. Con una transparencia “blanca como la nieve” que podríamos invocar a los propios ángeles para que llegasen a este suelo incorrupto y celestial.
Que pinche es tener que poner la mejilla como ciudadanos, cuando en campaña se gastaron millones de pesos y las ciudades son un desastre, admitimos todo, calles mal pavimentadas con tres centímetros de asfalto, lluvias abundantes pero sin agua en las colonias pobres, de la seguridad ni se diga, la mejor del país, dicen, pero la delincuencia esta desatada, pero pichemente con humildad y regocijo, tendremos conciertos de lujo en ferias y festivales, cuyos montos por pagos a los artistas nunca lo sabremos, seguramente están bajo resguardo por seguridad del estado y municipios, pero son tan altos, que con eso su hubiera podido dotar al Hospital Central, de pinche equipo y su funcionamiento, por cinco años.
La otra jornada igual de pinche.
Que mal nos sentimos los mexicanos, que mal; acabamos de tener unas elecciones ejemplares y democráticas, con algunos asegunes sin importancia, para que el presidente López Obrador, con el pretexto de la vieja doctrina Estrada, sobre la autodeterminación de los pueblos, no se pronuncie por el fraude electoral a “ojos vistos” en Venezuela, perpetrado por el “pichurriento” dictador Nicolas Maduro. Se sabe que han llevado a Venezuela, un “aparato” de hombres y mujeres, cubanos y nicaragüenses, con actas falsas impresas, para ser llenadas y, justificar de esta manera el delincuente de Maduro ante los organismos internacionales, su triunfo.
México no es una nación plenamente democrática, pero ha costado mucho llegar a estos momentos. Si hoy Claudia Sheinbaum obtuvo una mayoría abrumadora, es porque la democracia electoral mexicana, es sólida y que no compromete la tranquilidad del país. Sobre Venezuela no basta el clásico, “esperaremos resultados”, cuando se sabe del tremendo embuste en las elecciones venezolanas. 
La pinche guerra
Mientras las olimpiadas transcurren, en Medio Oriente se cocina lo que puede desatar una de las peores guerras. El pinche gobierno de Benjamín Netanyahu ha bombardeado Irán, matando al jefe político de la resistencia de Hamas. Desde el Líbano la yihad del Hezbolá, mató con una bomba a 12 niños judíos en los altos del Golán.  El mundo festeja en Paris y los niños mueren en el desierto.
El pueblo de Dios que compite en Paris es abucheado, humillado. Se preguntarán algunos. ¿Qué tiene que ver los deportistas, es un asunto del Estado israelí? Dos respuestas, tal vez nada, ellos, son ajenos a la política, la otra respuesta, representan la esencia de lo que realmente son como pueblo complice, un pueblo que ha desplazado, robado, asesinado, a los palestinos, para quedarse con sus casas y sus tierras. Son tan culpables como su gobierno genocida que al igual que Rusia, no se debió permitir llegar a los juegos olímpicos de la Igualdad, la Fraternidad y la Libertad.
40 mil palestinos asesinados por Israel.
Nos saludamos pronto
Oscar Esquivel