En el marco del INAHfest Morelos, recientemente organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), tuvo lugar la mesa “Experiencias arqueológicas en Morelos (II)”, en la cual se expusieron algunas de las investigaciones y trabajos más destacados en la entidad.
La encargada de la Zona Arqueológica de Teopanzolco, Bárbara Konieczna, presentó la ponencia 100 años de trabajos arqueológicos en Teopanzolco, Morelos, en la cual refirió que, en 2021, se cumplió el centenario de las primeras excavaciones en el recinto prehispánico, iniciadas por los arqueólogos Manuel Gamio y José Reygadas, en 1921.
A partir de entonces, apuntó, se han realizado varias intervenciones, entre las que destacan la del maestro Román Piña Chan, entre 1957 y 1958, en la cual se consolidó la escalinata del basamento Ehécatl; en 1963, se impulsó el proyecto de limpieza de la plataforma sur y se descubrió un entierro que procede de un contexto de sacrificio humano, en el cual se hallaron restos óseos de infantes, jóvenes y adultos.
En el recorrido cronológico, la arqueóloga polaca detalló que, de 1963 a 1967, se estableció el área de delimitación de la zona arqueológica y, en 1968, en una excavación, el arqueólogo Jorge Angulo Villaseñor halló un altar con restos de braceros del periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.), al que pertenece Teopanzolco.
Por último, Konieczna anotó que, gracias a estos estudios, se ha determinado que “Teopanzolco tiene tres fases de construcción: una subestructura, un templo interno y una superestructura, reconstruida esta última por los arqueólogos Manuel Gamio y José Reygadas.
En tanto, en la conferencia El Portal al inframundo de Chalcatzingo (Monumento 9), acciones a un año de su repatriación, impartida por la arqueóloga del Centro INAH Morelos, Carolina Meza Rodríguez, se recapitularon algunos detalles del robo de la monumental escultura y de la gestión para su regreso a México, el 19 de mayo de 2023, la cual inició en 2005.
El denominado Monumento 9, aseveró, es un ejemplo de la labor que realiza el INAH y de lo que se puede lograr a nivel interinstitucional. El trabajo de investigación que se realizó para recuperar la escultura olmeca involucró análisis iconográficos, históricos y arqueológicos.
A través de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), se logró que la Embajada de Suiza otorgara un recurso económico para las primeras labores de restauración del elemento, el cual fue intervenido para rellenar fisuras y consolidar la totalidad de su estructura, debido a que, a consecuencia de su fragmentación en 24 partes, su material constitutivo sufrió adelgazamiento.
En junio de 2024, añadió, se concluyeron los trabajos de restauración, a cargo del equipo de especialistas de la CNCPC, y se determinó que la pieza no puede regresar a la intemperie.
Por último, el antropólogo físico del Centro INAH Morelos, Pablo Neptali Monterroso Rivas, expuso sobre el hallazgo de “El joven de Tetecolala”, para resaltar la importancia de esta ciencia en la investigación antropológica.
En el poblado de Tetecolala, perteneciente al municipio de Tepoztlán, relató, se encontró un entierro con los restos óseos de 12 individuos pertenecientes al periodo Posclásico (1400-1521 d.C.), los cuales presentaban deformación craneana de tipo tabular erecto (cráneo alargado hacia arriba).
Entre ellos, destacó, estaba el esqueleto de un hombre de entre 25 y 30 años, el cual debió tener la pierna izquierda paralizada debido a un tumor benigno en el fémur, el cual le impedía mover la extremidad, “por lo que tenemos la teoría de que se ayudaba de algún artefacto para poder caminar, puesto que debía valerse por sí mismo y participar en las actividades de la comunidad”.
Toda esta información, concluyó, es resultado del análisis osteológico, el cual ayuda a conocer aspectos importantes de la vida de nuestros antepasados.