Los teléfonos y tus hijos parecen estar destinados a ser “enemigos”, pero la realidad que muy pocos te comparten que podría resolverte un momento de ocupaciones, sin caer en abuso. La clave está en lo estratégico que puedas ser y en no crear una dependencia, por ejemplo, que utilices el teléfono para calmar sus rabias.
Mientras menos pantallas le entregues a tus hijos, al menos en los primeros dos años de vida, mucho mejor, pero tampoco “crucifiques” la tecnología, porque ahora forma parte de nuestras vidas. Y más adelante, puedes cumplir con algunos consejos para educarlos en el uso de los teléfonos.
Sin embargo, lo que sí es incorrecto es manipular las emociones de tu hijo, dándole un teléfono. Calmar una rabia o un llanto de tristeza, a cambio de una pantalla, puede traer consecuencias negativas en su modo de gestionar emociones, aprendizaje e incluso en el vínculo afectivo contigo.
4 efectos negativos de intentar calmar la rabia de tu hijo con un teléfono
1. La distracción le impedirá aprender a gestionar sus emociones
Aunque son difíciles e incómodas, las rabietas son uno de los escenarios perfectos para que los niños aprendan a identificar y gestionar sus emociones. Esto no solo es necesario, sino también saludable para ellos, asegura el portal Hacer Familia.
Pero si al llorar intensamente, lo calmas con una pantalla, no resolverá sus sentimientos de frustración, sino que los dejará de lado por el “placer” momentáneo de ver un vídeo. Esto traerá consecuencias negativas a medida que vaya creciendo.
2. Se hace dependiente de la tecnología para calmarse
Además de ignorar sus emociones, ofrecerle el teléfono en medio de una rabieta también lo hará dependiente. Poco a poco, el niño creerá que solo puede relajarse con un vídeo o juego y esto no es saludable ni cierto.
De hecho, si esto no se corrige, crecerá pensando que sus emociones pueden regularse solo a través de diferentes tecnologías u aparatos. Entonces, no tendrá mayor contacto con su entorno y sus relaciones interpersonales se verán afectadas.
3. Tendrá problemas de atención y concentración
“Las pantallas afectan negativamente la atención, la concentración, el aprendizaje, la memoria, la regulación emocional y el funcionamiento social”, aseguran experto desde el portal de National Geographic.
Esto debido a la gran cantidad de estímulos visuales y auditivos que las pantallas ofrecen a los niños, según arrojan varios estudios.
En este sentido, si tu hijo pasa muchas horas frente a un teléfono, tablet o televisor, o se la ofreces en medio de una rabieta, esto afectará su concentración con sus amigos, en el colegio, con sus primos, mientras juega, entre otros escenarios.
4. Afecta el vínculo con sus padres
Así como las rabietas son una oportunidad para aprender a gestionar las emociones, también lo son para fortalecer el vínculo con mamá y papá.
Es un momento difícil, pero importante, para que se sientan escuchados, valorados y para que los papás muestren empatía hacia ellos. Además, los papás deben tener una conexión emocional con ellos y así educarlos para que puedan manejar sus sentimientos.