Una de las formas más actuales de emprender para los adultos mayores es a través de las redes sociales, esto con el respaldo y guía de familiares que tienen mayor conocimiento de la tecnología.
Así fue el caso de Laura Cepeda, quien con ayuda de su hija Alejandra Gómez creó su canal de YouTube, en el cual emite sus diversos tutoriales sobre tejido de prendas de vestir.
Laura contó que entre los beneficios económicos que su canal le trajo están terminar de pagar su casa y tener un sueldo para su vejez.
Su hija edita los videos que lo requieren y es community manager del canal, el cual inició en enero de 2012.
"Ella recuperó su independencia, tiene más vitalidad. Las redes sociales le dieron una segunda oportunidad, le dieron un nuevo comienzo a su vida. Ella tiene todo el talento y yo las herramientas para impulsarla y guiarla en este mundo (virtual)", afirmó Gómez.
Mario Alberto Nava, docente de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), dijo que el principal valor de estos emprendedores es la experiencia que han tenido a través de los años, lo cual se convierte en un punto fuerte para la venta de conocimientos mediante las redes sociales.
"La gente mayor tiene una experiencia diferente, el adulto mayor tiene experiencias de vida y eso puede ser lo carente de las redes sociales, entonces rompen con la rutina de a lo mejor un contenido plástico, el contenido superfluo a un contenido más de valor", explicó.
Refirió que los principales productos o servicios que suelen comercializar los adultos mayores en sus redes sociales son las artesanías, manualidades y los conocimientos de sus recetas de cocina.
"En el canal también se enseña a vender las prendas que se elaboran, a ponerle precio a las horas trabajadas y hay casos de seguidores que han comentado que pueden llevar ingresos a su hogar", relató Gómez.
Dijo que el monetizar para ellos y tener lo que posiblemente sean ingresos extras, se puede convertir en un reflejo y motivación para otros.
"El mercado de adultos mayores ha sido relegado a esa parte de que ya no pueden conseguir un empleo formal y que viven de las pensiones y el que ellos puedan tener un contenido en un entorno digital que no es su herramienta principal de comunicación, pues los hace más útiles.
"Si bien no son nativos digitales, los adultos mayores cuentan con una red de apoyo, además de que su gran valor es el ofrecimiento de productos hechos por ellos mismos", comentó Nava.
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