El Etna y el Estrómboli, dos de los mayores volcanes de Italia, han entrado en erupción de nuevo, haciendo aumentar los niveles de alerta en Italia, que se ha visto obligada a cerrar el aeropuerto de Catania, el más cercano a los puntos calientes. Ambos han registrado expulsiones de lava y ceniza, según ha reportado el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología.
Los expertos llevaban días monitorizando la actividad volcánica de la zona, pero no ha sido hasta que los bomberos sobrevolaron el Estrómboli para comprobar que, efectivamente, ya había derramado magma sobre el mar Tirreno. Y es que este volcán –al que llaman popularmente "Faro del Mediterráneo"– es una isla en sí mismo: allí viven aproximadamente 500 personas, para las que actualmente el gobierno ya ha establecido un plan de precaución.
Por su parte, el Etna es uno de los volcanes más activos del mundo, lo que significa que la situación de erupción es bien conocida por la población que habita a sus pies. En abril de este mismo año, de hecho, su cráter ya se encendió en una ardiente lava que iluminó el cielo siciliano durante días, pero las autoridades aseguraron en su momento que no había riesgo de explosión inminente.
¿QUÉ DICEN LAS AUTORIDADES SOBRE LA ERUPCIÓN ACTUAL?
Ambos volcanes se encuentran bajo vigilancia de los cuerpos de seguridad. Además, debido a que se trata de una circunstancia recurrente, los protocolos de evacuación están listos para ser activados en caso de ser necesario, y por ello también se ha duplicado el número de efectivos, principalmente en Sicilia.
En cuanto a estas medidas de seguridad, una de las primeras en tomarse -tanto en esta como en anteriores ocasiones- fue el cierre del aeropuerto de Catania: tal y como la instalación anunció, "la pista del aeropuerto de Catania está inutilizable debido a la caída de ceniza volcánica. Tanto las llegadas como las salidas están suspendidas".
La reanudación de sus operaciones, sin embargo, ya ha comenzado, tal y como indican en un comunicado: por el momento se han rehabilitado las llegadas, pero la activación de otros flujos dependerá de la voluntad de la naturaleza. Y es que, aunque las técnicas de predicción de erupciones se han sofisticado en los últimos tiempos, en términos de vulcanología siempre hay margen para la impredecibilidad.
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