Los museos resguardan tesoros más allá de las salas de exposiciones, los cuales yacen en sus bodegas, indicó el curador e investigador del Museo de Arte de Carolina del Norte, Ángel González López, durante el cierre del ciclo de conferencias “Arqueología mundial. El quehacer arqueológico en otras latitudes, bajo diferentes ópticas”.
Organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de la Coordinación Nacional de Arqueología, la actividad desarrolló la novena y última sesión con el tema “Algunas reflexiones desde la arqueología en bodegas”.
El interés del también arqueólogo y antropólogo en los acervos de las bodegas, desconocidas casi siempre por la mayoría, inició cuando realizó su servicio social en el Museo del Templo Mayor, donde trabajó en la identificación de un conjunto de 1,500 fragmentos de material lítico, lo que lo impulsó a desarrollar una metodología que le permitiera rastrear el origen de piezas con información faltante respecto a sus contextos de procedencia.
El material almacenado en museos extranjeros, detalló el egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, muchas veces permanece relegado porque no hay datos de su origen o porque podría ser resultado de actos ilegales, como el saqueo, lo que en ocasiones deriva en el olvido de las piezas.
“El saqueo se refiere a la excavación o recolección ilícita de material arqueológico, sin autorización y sin una labor arqueológica adecuada y documentación científica”, aseveró González López.
Estudiar las colecciones de otros museos, puntualizó, “nos permite obtener información valiosa sobre la historia del coleccionismo, el comercio de arte prehispánico y las prácticas de investigación arqueológica antiguas, con lo cual se pueden mejorar las técnicas actuales, contribuir a preservar el patrimonio nacional y, con ello, garantizar su resguardo de manera correcta y legal.
Algunas de las formas para rastrear el origen de un objeto, dijo el arqueólogo, son acercarse a los registros históricos de obras urbanas, así como a los archivos museísticos, para conocer cómo se articulan los agentes que participan en los salvamentos arqueológicos, y así determinar una posible ruta del objeto.
Actualmente, concluyó, existe un debate sobre qué hacer con las piezas de las que no hay datos de procedencia y se hallan en museos extranjeros. En su opinión, el rescate de materiales resguardados puede servir a personas con herencia mexicana o de la que se trate, que no pueden viajar a su país de origen, para reconectarse con una parte de su pasado.
Al respecto, la profesora investigadora de la Subdirección de Investigación y Conservación de la Dirección de Estudios Arqueológicos, Ileana Edith Echauri Pérez, dijo que “es a través de nuevos cuestionamientos que revaloramos la información novedosa que pueden brindarnos los materiales depositados en aquellos acervos olvidados durante largo tiempo”.
Sobre el ciclo de conferencias, recordó que fue ideado para conocer de primera mano las experiencias y enfoques bajo los cuales se ejerce la arqueología en otras regiones del mundo.
“Nos permitió adentramos en las técnicas, enfoques y paradigmas bajo las cuales se estudia la cultura material en diferentes países, dentro de distintos ámbitos de la academia, tales como los existentes en universidades o instituciones científicas, así como de la llamada arqueología de contrato, con lo cual encontramos varias coincidencias con la forma en que se ejerce la arqueología en México, finalizó Echauri Pérez.