El yen experimentó una fuerte apreciación frente al dólar durante las negociaciones en Nueva York, situándose en el rango de las 157 unidades por billete verde por primera vez desde mediados de junio, en un rápido movimiento que desató rumores de una posible intervención en el mercado de divisas.
El yen subió repentinamente hasta las 157,40 unidades por dólar desde la franja media de las 161 unidades en su mayor alza diaria desde finales de 2022, justo después de la publicación de los datos de inflación en Estados Unidos, que mostraron un mayor enfriamiento en junio, alimentando las especulaciones sobre un recorte de tipos.
El yen ha llegado a tocar su nivel más bajo con respecto al dólar en 38 años recientemente debido a la persistente y amplia brecha entre las tasas de interés existentes en Estados Unidos y Japón, y las recientes ganancias en la Bolsa de Tokio, que en los últimos días ha encadenados récords históricos, han llevado a los operadores a vender moneda nipona, considerada un activo refugio seguro.
El dólar recuperó con rapidez parte de la caída y se movía en la franja media-alta de los 158 yenes en el arranque de las negociaciones bursátiles de este viernes en Tokio, pero la escala y velocidad del movimiento desató los rumores de intervención.
Preguntado al respecto por estos desarrollos, el viceministro japonés de Finanzas y principal responsable en cuestiones de divisas, Masato Kanda, se mostró esquivo y dijo que "no se encontraba en posición para comentar" si hubo una intervención, según declaraciones recogida por la agencia local de noticias Jiji.
Kanda señaló que el yen se ha depreciado unos 20 yenes con respecto al dólar desde principios de 2024 y enfatizó que "no se puede ignorar el impacto negativo (de esto) sobre el pueblo japonés" y mostró su preocupación por los movimientos especulativos.
Las últimas intervenciones monetarias del Gobierno japonés de las que se tienen constancia se produjeron entre finales del pasado abril y mayo, período en el que el Ministerio de Finanzas desembolsó 9 billones de yenes (unos 52.140 millones de euros) para frenar la rápida depreciación del yen.
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