Los tokiotas votan este domingo a su gobernador, una cita en la que la reelección para un tercer mandato de la vigente Yuriko Koike, respaldada por el desacreditado partido gobernante del país, y su impacto en la política nacional, con las primarias de otoño a la vuelta de la esquina, son el foco.
Las urnas abrieron en la capital japonesa a las 7:00 hora local (22:00 GMT del sábado) y cerrarán a las 20:00 (11:00 GMT), y hasta el momento las encuestas realizadas dan como favorita a la incumbe gobernadora Koike, de 71 años, seguida de cerca por la candidata apoyada por el principal partido de la oposición, Renho Murata (56).
Más de 1,65 millones de personas, alrededor del 14 % de los votantes aptos para estas elecciones, habían emitido su voto por adelantado hasta el pasado día 5, un incremento de 275.980 personas con respecto a los comicios locales de hace cuatro años, de acuerdo a los datos publicados por la cadena pública japonesa NHK.
La carrera electoral de la metrópolis, que cuenta en 2024 con un volumen récord de 56 candidatos, ha estado centrada en la evaluación de la gestión de Koike durante sus ocho años como gobernadora, las medidas para revertir la baja natalidad, especialmente acuciante en la capital; medidas ante un potencial gran desastre natural y la controvertida remodelación del icónico santuario Meiji.
Las elecciones locales en Tokio han generado gran atención a nivel nacional no sólo por la inusual batalla entre dos políticas mujeres en un país donde la política está dominada por varones, sino por su potencial impacto en el curso de la política nacional, con las primarias internas de los partidos a la vuelta de la esquina.
En el gobernante Partido Liberal Democrático (PLD), el primer ministro Fumio Kishida, cuyos índices de aprobación están en mínimos por las irregularidades contables en su formación y otros gafes durante su administración, está sometido a un gran escrutinio y su futuro en las primarias de su partido en septiembre es incierto.
Es posible que el resultado en la carrera en Tokio defina el curso no sólo del PLD, sino de la oposición. Una derrota de Renho podría llevar al líder del Partido Constitucional Democrático (PCD), Kenta Izumi, a asumir la responsabilidad, generando dudas sobre su futuro en las primarias y, en caso de caer, descabezando a una ya lánguida oposición de cara a las elecciones generales programadas para 2025.
La oposición viene pidiendo comicios adelantados para aprovechar la actual situación de debilidad del PLD, pero la escisión en el propio bloque y el debilitamiento del apoyo hacia el mismo podría en última instancia beneficiar al PLD para mantener su actual mayoría parlamentaria, independientemente de la permanencia de Kishida.
Los votantes japoneses no participan directamente en la elección del líder del país, pues el cargo de primer ministro es ocupado por el presidente de la fuerza política más votada en unas generales y esa posición se determina en las primarias internas cerradas.
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