No te imaginas la cantidad de motivos que pueden arruinarte una noche de descanso, comenzando por los pensamientos ansiosos que necesitas aprender a controlar. Pero los expertos en medicina del sueño enfatizan sobre algunas formas en las que podrías sabotearte el sueño sin darte cuenta.
¿Te has fijado en los horarios que eliges para dormir o cuántas horas le dedicas a una siesta? Presta atención a estos detalles, porque podrías entorpecerte los ritmos de sueño.
Además, hay otros hábitos que pueden jugarte en contra, como el consumo de ciertos suplementos que pueden provocar insomnio o tal vez no estás ingiriendo suficiente agua durante el día.
Así podrías estar saboteando tu sueño sin darte cuenta
1. Dormir y despertar en horarios distintos
Si algunos días te acuestas a las 10:00 pm, para despertar a las 6:00 am, y otras noches te vas a la cama a las 12:00 am para despertar a las 9:00 am, es indudable que tu cuerpo va a sentirlo.
Estos horarios distintos para dormir y despertar pueden afectar tu ritmo circadiano y descanso de calidad.
La idea es que puedas mantener un horario de sueño que sea recurrente, lo que fortalece tu cuerpo y mejora tu salud en general.
Y en caso de que tengas horas de deuda con el sueño, lo que también se conoce como “sueño atrasado”, la Fundación Nacional del Sueño te aconseja dormir un par de horas más en los días que no trabajas.
2. No tomar suficiente agua
Cuando se trata de dormir el agua puede una de tus mejores aliadas, pero también de tus peores “enemigos”, porque si bebes demasiado antes de irte a la cama, podrías pasar toda la noche yendo al baño. Esto es lo que se llama nicturia.
Por el contrario, cuando te hidratas todo el día, no vas a sentir necesidad de beber agua después de las 8:00 de la noche, lo que te ayuda a dormir profundamente.
De acuerdo a un estudio de 2018, investigadores de Penn State señalaron que los adultos que duermen 6 horas por las noches, en lugar de 8, tienden a experimentar una hidratación inadecuada.
3. Tomar siestas largas muy tarde
Indudablemente, las siestas son buenas para la salud. Incluso, existen las llamadas “siestas de astronauta”, que pueden mejorar tu rendimiento hasta en un 34%.
Sin embargo, el problema radica en que las tomes en un momento del día que luego pueda perjudicar tu horario habitual de sueño, por ejemplo, las 6:00 pm.
La doctora Alaina Tiani, psicóloga clínica del Centro de Trastornos del Sueño de la Clínica Cleveland, aconseja que la tomes “lo más antes posible” de la hora para acostarte. Asimismo, considera que una “siesta inteligente” no es mayor a 30 minutos.
“Cuando dormimos siestas mucho más largas, podemos pasar a etapas más profundas del sueño, de las que puede ser más difícil despertar”, explica la experta, y señala que la siesta de media hora es suficiente para que “despiertes renovado”.
4. Hacer ejercicios por las noches
Si creías que hacer ejercicios por las noches te ayuda a dormir, por aquello de agotar tu cuerpo, debes saber que no es cierto. La realidad es que la actividad física vigorosa, horas antes de acostarte, puede costarte toda una noche de sueño.
Mientras el ritmo circadiano reduce la temperatura corporal antes de dormir, el ejercicio moderado o intenso la eleva. Asimismo, la liberación de endorfinas y otras sustancias químicas, durante la noche, en lugar de relajarte, van a mantenerte activo.
