Después de concluir el rodaje de su adaptación de Frankenstein en Canadá, el cineasta mexicano Guillermo del Toro se encuentra ahora en Londres para continuar allí con algunas grabaciones de la película. El propio director dio a conocer la noticia en X.
"En Londres para filmar maquetas y locaciones para 'F'", escribió Del Toro en el pie de foto de una selfie que compartió fuera de la tienda Forbidden Planet: The Cult Entertainment Megastore, especializada en libros de ciencia ficción, culto, cómics y coleccionables, en la capital del Reino Unido.
El post del cineasta, de 59 años, recibió más de 7 mil "me gusta" durante la primera hora de su publicación.
Además de Londres, el director de Pinocho y El Callejón de las Almas Perdidas también viajará a Escocia para filmar escenas del mismo proyecto, según informaron medios escoceses hace algunos días. La información también fue confirmada por el originario de Guadalajara.
"Kim y yo partimos hacia Londres/Escocia esta noche; filmaremos más material de locación para 'F' hasta octubre o algo así... Estaré actualizando", posteó el director ayer en la misma plataforma. Con Kim se refirió a Kim Morgan, su esposa y guionista.
Según el periódico escocés The Scotsman, se espera que la producción se instale en Glasgow y Edimburgo.
La adaptación que Del Toro realiza del clásico cuento de Mary Shelley ha reunido a Jacob Elordi, estrella de Saltburn, el actor de Moon Knight Oscar Isaac, y Mia Goth, quien recientemente protagonizó la secuela de terror MaXXXine, entre otros, en su elenco.
Anteriormente, el director describió la novela de Shelley como su libro favorito de todos los tiempos y mencionó que había estado trabajando en el proyecto de Frankenstein por más de una década.
Según información oficial, la trama de Frankenstein seguirá al Dr. Pretorius, quien en una búsqueda desafiante intentará rastrear al monstruo de Frankenstein, que se creía muerto en un incendio ocurrido 40 años antes. La premisa, basada en la obra original, plantea interrogantes sobre la inmortalidad, la creación y los límites éticos de la ciencia.
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