San Luis Potosí, SLP.- Los lugares de culto y religión son también blanco de los amantes de lo ajeno y refugio o escondite de personas en situación de calle, o incluso de adictos a las sustancias ilícitas, entes que no solo se apropian de las instalaciones para llevar a cabo actos ilegales, sino también para hurtar o dañar esculturas e imágenes religiosas colocadas en las Iglesias.
Tal es el caso de la imagen de San Pablo, una antigua escultura que podemos encontrar en la Catedral metropolitana de San Luis Potosí, y que hace unos días sufrió daños a causa de los posibles transtornos que las drogas ocasionaron en una persona del sexo masculino, la cual, por su inoportuno estado mental, provocó la caída de la imagen.
"El señor no andaba en sus cabales (...) No estaba en su sano juicio en Catedral".
Así lo dio a conocer Tomás Cruz Perales, vocero de la arquidiócesis de San Luis Potosí, quien señaló que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se está haciendo cargo de la imagen para su evaluación y pronta restauración.
Finalmente agregó que son situaciones cotidianas a las que todos nos podemos enfrentar, "estamos expuestos a todo".
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