La posibilidad de que robots humanoides con capacidad de transmitir lenguaje corporal, diferentes tonos de voz y apariencia amigable puedan ofrecer terapias virtuales guiadas a pacientes con alguna discapacidad motriz o intelectual, es un proyecto generado por estudiantes del Tec de Monterrey y premiado por la UNESCO.
La investigación «Fusionando a la Humanidad y Tecnología: Terapias Virtuales Guiadas por Robots», fue reconocida por integrar la ingeniería y robótica con un enfoque social y humano, propuesta realizada por Victoria de León y Miguel Ángel Ogando, estudiantes de Ingeniería del Tecnológico de Monterrey, ubicado en la Ciudad de México.
Estos jóvenes mexicanos ganaron el oro en el Future Designer International Innovation Design Awards (IIDA) & Science for SDGs Innovation Contest de la UNESCO, evento anual que tiene como objetivo reconocer las “propuestas y diseños más innovadores y sostenibles de los jóvenes en la ciencia, y que contribuyan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
“En el Tec de Monterrey contamos con robots NAO, de este modo, aprovechamos su capacidad para transmitir lenguaje corporal, diferentes tonos de voz y su apariencia amigable con el fin de facilitar una interacción más efectiva entre humano y robot”, comentó Victoria de León.
Las características integradas han logrado tener una respuesta muy positiva especialmente entre pacientes con autismo, ansiedad o historial de trauma, que han mostrado mayor disposición a interactuar con los robots humanoides, lo que ha contribuido a obtener resultados significativos en las terapias.
De León aseguró que otro factor relevante ha sido la manera en que esta iniciativa ha sensibilizado a otros colegas, pues generalmente entre la carrera de ingeniería usualmente predominan las habilidades técnicas, “pero aspiramos a que existan más ingenieras e ingenieros sensibles, empáticos y conscientes de su entorno social”.
El proyecto se encuentra en fase de prototipo, sin embargo, el modelo escalable, se llevará a otro nivel, en el cual se planea que los médicos aprendan a programar a los robots, compartan su conocimiento y establezcan una relación de aprendizaje y mutuo y apoyo.
Esta investigación logró establecer diferentes alianzas y colaboraciones con organismos, instituciones del sector salud como el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), la FADEM (fundación que apoya a personas con discapacidad intelectual) y otras universidades, que participaron enriqueciendo esta iniciativa tanto a nivel científico, psicológico y hasta al trato empático con el paciente.