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El Equipo de Sheinbaum

Armando Ríos Piter | 30/06/2024 | 22:18

La semana pasada fue presentado el segundo bloque de funcionarios que habrán de participar en el equipo de Claudia Sheinbaum durante su administración. Los nombres de Raquel Buenrostro para la Secretaría de la Función Pública, a Edna Elena Vega Rangel para que cubra el área de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), a Luz Elena González para que ocupe la dependencia de Energía y a Jesús Antonio Esteva quien ocuparía la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes. Por último, anunció que David Kershenobich será el encargado de la Secretaría de Salud.

Los nombres han sido bien recibidos, por tratarse de una mezcla entre experiencia y cercanía con quien será presidente a partir del 1º de octubre, pero también porque en personas como Buenrostro, se mantiene un puente con lo que hasta ahora ha sido la primera etapa de la llamada “Cuarta Transformación”, con López Obrador al frente. La lectura pública ha sido que, la siguiente administración tendrá un corte mucho más descentralizado, académico y funcional que el que predominó a lo largo del actual sexenio, el cual dependió mucho del carisma y capacidad de comunicar de AMLO.

En Hacienda se busca dar confianza a los mercados de que el déficit será controlado, que las finanzas públicas serán sanas y que habrá seriedad en el manejo de los ingresos y egresos nacionales. La propuesta de Ebrard, junto con la de Juan Ramón de la Fuente, buscan brindar certidumbre de que la columna vertebral que significa el Tratado México, Estados Unidos y Canadá, será una prioridad, especialmente frente a la revisión que de éste se hará en 2026. En Enegía, la cercanía que tiene Luz Elena González con Sheinbaum simboliza de manera importante, la prioridad que habrá de dársele tanto al desempeño de Pemex como de la propia CFE frente al llamado “nearshoring”.

Hasta hoy, los mensajes han sido positivos. Los nombres publicados también cuentan con prestigio académico y respaldo gremial en varios de los sectores para los que han sido propuestos. Habrá que estar atentos a los siguientes rubros, donde dependencias como Gobernación, Trabajo y específicamente Defensa y Marina, delinearán en gran medida, la forma en que habrá de funcionar el relacionamiento político del nuevo gobierno.

En este escenario, las grandes preguntas que muchos se hacen son: ¿Podrá Claudia construir una presencia política sólida sin que López Obrador se lo impida? ¿Tendrá el ex presidente una verdadera intención de mantenerse a un lado, frente a las decisiones y acciones que desempeñe Claudia? ¿Cómo se acomodarán y en cuanto tiempo lo lograrán? ¿Qué riesgos implica para el país que entre ambos hubiera confrontaciones y alejamiento?

Una revisión puntual de nuestra historia, deja claro que cada quien busca imprimir su propio estilo de gobernar. Quien llega a ocupar el poder, imprime su propia dinámica, marca sus prioridades y ritmos en el ejercicio público. Quien deja el espacio, muchas veces se vuelve crítico de los cambios, de los nuevos procesos. Conforme más se aleja de la toma de decisiones, más peligro existe de que se presenten rozones, críticas y desentendimientos. Es algo prácticamente consustancial con el hecho de que alguien diferente, asuma las responsabilidades que previamente otro desempeñaba.

Sirvan los comentarios previos para apuntar con toda claridad: ¿Qué desafíos se abren en este escenario, con un ex presidente que mantendrá “su derecho a disentir” como él mismo lo ha anunciado? En un mundo en el que las redes sociales, el internet y la comunicación circular permiten que un personaje con amplios niveles de aprobación como AMLO, mantenga un contacto continuo y directo con mucha de su base de apoyo, en caso de que hubiera distanciamiento entre ambas figuras de poder, ¿cómo lograr que la estabilidad no solo dependa de la buena voluntad, especialmente del ex presidente?

Habrá que estar atentos al modelo de comunicación que impondrá Claudia Sheinbaum, pues de él dependerá en mucho la forma en que imprima una nueva cercanía con la base social. La presencia de un gabinete con fuerza propia como el que se ha empezado a delinear, sin pelearse con la cercanía que hasta hoy ha tenido López Obrador con buena parte de la sociedad, deberá garantizarle gobernabilidad a Sheinbaum en el nuevo entorno.

La #SociedadHorizontal puede abonar mucho a que un nuevo modelo descentralizado, con más actores en el gabinete, se traduzca en una dinámica incluso más sólida y con mejores resultados.