Necesario, una intervención multidisciplinaria que combine educación nutricional, campañas de concientización y colaboración con empresas para abordar este problema de salud pública, pues se estima que el 35% de los menores padecen esta situación
México enfrenta una crisis de salud pública con la obesidad infantil en niveles alarmantes: según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el 35% de los niños y adolescentes en México tienen sobrepeso u obesidad. Pero las proyecciones son aún más preocupantes: para 2035, se espera que el número de personas con obesidad a nivel mundial llegue a cuatro mil millones, con la población infantil en riesgo de duplicarse. En México, el problema se agrava, ya que la obesidad infantil casi se ha duplicado en los últimos 10 años, afectando no solo la salud física, sino también el bienestar social, emocional y académico de los niños.
Ante esta situación, la profesora Paz Toldos, Profesora Investigadora de la Escuela de Negocios, Campus Guadalajara, señala que la obesidad infantil en México está fuertemente influenciada por la exposición a medios de comunicación, la falta de actividad física y una dieta alta en alimentos procesados, azúcares y grasas saturadas.
"Estos hábitos alimenticios no solo conducen a un aumento de peso, sino que también resultan en un desequilibrio nutricional, ya que estos productos son altos en calorías pero pobres en nutrientes esenciales",
Problema de salud pública
Y es que, las consecuencias de la obesidad infantil son graves: no solo se vincula con una menor calidad de vida y un bajo rendimiento académico, sino que también son detonadores de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, padecimientos cardíacos, síndrome metabólico, hígado graso y osteoartritis, entre otras, que representa una carga económica significativamente alta para el sistema de salud pública.
Frente a este escenario, la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey,está adoptando un enfoque multidisciplinario para combatir la obesidad infantil. Toldos destaca la importancia de programas de educación nutricional en las escuelas. En estos programas enseñan a los niños "la importancia de una dieta equilibrada y cómo leer etiquetas nutricionales, así como los efectos negativos de los alimentos ultraprocesados y las bebidas azucaradas", indica Paz Toldos, líder del Grupo de Investigación en Área Temática de Producción, Comercialización y Consumo Responsable de la Escuela de Negocios del Tec.
Además, promueven la creación de huertos escolares y clases de cocina, actividades prácticas que refuerzan el conocimiento adquirido en el aula. Para los padres, se ofrecen guías alimentarias con recomendaciones claras sobre productos saludables, una herramienta esencial para educar a la población y fomentar hábitos saludables desde el hogar.
Campañas de concientización
Agrega que la Escuela de Negocios también trabaja en campañas de concientización y marketing consciente. Colaboran con empresas para que sus campañas sean más efectivas y educativas, ayudando a cambiar la percepción sobre la alimentación saludable. Además, investigan cómo los consumidores procesan la información de los empaques y etiquetas de los alimentos, para que sean "más claras, fáciles de leer y efectivas".
"Sin duda, las empresas de alimentos tienen una responsabilidad muy importante en esta lucha contra la obesidad infantil, no solo en la producción y en la promoción, sino también en el empoderamiento del consumidor, para que pueda tomar decisiones más informadas. También representa una manera de emprender negocios: cómo podemos reformular los productos para reducir el contenido de azúcares, de grasas o de sodio, así cómo innovar en la creación de productos más saludables y atractivos para los niños".
En este sentido, detalla que la Escuela de Negocios del Tec también aboga por una colaboración estrecha con el gobierno para ofrecer incentivos para las empresas que promuevan el consumo de alimentos saludables, así como como subsidios para frutas y verduras.
"Desde el 2020, que entraron las regulaciones como el etiquetado frontal de advertencia, la industria alimentaria en México ha impulsado también a la innovación en los negocios en cuanto a la creación de productos más saludables y con menos contenido calórico".
Considera que la prevención primaria es muy importante "en las escuelas y en las familias, fomentar hábitos saludables entre la población infantil en México".
Finalmente, opina que como empresas conscientes "también deben apoyar las iniciativas comunitarias o llevando productos a comunidades más desfavorecidas, patrocinado programas de actividades físicas en la creación de huertos comunitarios", entre otras acciones.