Lupillo González | 19/06/2024 | 07:54
Jamás imaginé que, después de superar la era autoritaria del PRI en los setentas y ochentas, donde este partido monopolizaba el poder sin apenas contrapesos, y el ejecutivo sometía completamente al congreso y al poder judicial, México se encontraría de nuevo en un umbral tan inquietante. En este 2024, cuando deberíamos haber alcanzado mayores avances democráticos, hemos retrocedido alarmantemente hacia el pasado.
Morena y sus aliados han acumulado un poder desmesurado. El partido oficial de López Obrador controla 23 gubernaturas, mientras que el Partido Verde ostenta una en nuestro estado, San Luis Potosí. Aquel PRI hegemónico está ahora reducido a escombros yconserva solo dos entidades, el PAN se encuentra en una caída libre con apenas cuatro gubernaturas, y Movimiento Ciudadano se mantiene en dos estados.
Durante el actual sexenio, con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza, se lograron frenar diversos atropellos y aberraciones legales gracias a los equilibrios en las cámaras de diputados y senadores. La oposición logró contener esos embates de la llamada 4T, preservando nuestra carta magna de intentos anticonstitucionales.
Sin embargo, con la nueva composición del poder, las intenciones de Morena y del propio AMLO han quedado al descubierto. La amenaza de imponer su voluntad, avasallar, disminuir derechos ciudadanos y perseguir a opositores es palpable.
He leído, y conozco a personas que, cuando estaban en la oposición, clamaban por derechos, pedían el regreso del ejército a los cuarteles, exigían equilibrios, transparencia, una mejor estrategia de seguridad, unidad nacional, respeto por la protesta y la libre expresión. Hoy, esos mismos incongruentes, ahora parte de Morena y del gobierno federal, actúan en total contradicción. Ya no buscan transparencia, sino que quieren regresar al oscuro pasado, desaparecer los organismos autónomos y centralizar el poder como en los años setenta del PRI. Claman por reprimir protestas públicas, exigen limitar derechos y ven con buenos ojos que todo el poder se concentre en un solo partido.
Un ejemplo más: Morena, que actualmente en el Congreso del Estado de San Luis Potosí solo tiene tres diputados plurinominales, no ganó un solo distrito local en 2021. Tres años después, cuando la situación se ha revertido, el "demócrata" López Obrador busca eliminar de tajo los plurinominales que ahora beneficiarían a la ya mermada oposición.
La historia nos ha enseñado que, cuando no se ponen límites al autoritarismo, este avanza hacia caminos más agresivos. Es posible que desemboque en autocracia, despotismo, dictadura o totalitarismo, aunque insista en llamarse democracia gracias al voto ciudadano. Este es un riesgo que corren aquellas sociedades que permiten con tolerancia que unos pocos decidan por ellas los asuntos esenciales que afectan a su existencia.
Veo con profunda preocupación el futuro que se avecina y la regresión histórica que podemos vivir en el próximo sexenio.