Filiberto Juárez Córdoba | 16/06/2024 | 10:04
QUE A MUCHOS les extraña que, Juan Ramiro Robledo, defienda a ultranza la iniciativa de reforma al Poder Judicial,del presidente. Como maestro de derecho, presidente de la asociación de abogados y en todas sus actividades como jurisconsulto, siempre se declaró constitucionalista y respetuoso de la Suprema Corte de Justicia y demás instancias judiciales. Reconoció en todo momento la importancia de la separación de poderes y de la independencia de los organismos judiciales. Nunca, que se sepa, se pronunció porque magistrados y jueces fueran electos como los alcaldes, síndicos, regidores, diputados, senadores, gobernadores y el presidente. Ahora lo hace, dicen, porque es de los políticos que saben una de las normas esenciales de la verdadera separación de poderes. Si no haces lo que el jefe supremo ordena, te separan del poder, de los cargos con los que puedes disfrutar las mieles del poder y no quiere arriesgarse a eso. Otros dicen que en realidad lo hace por convicción propia, el sueño de todo abogado es ser ministrode la Suprema Corte, siendo esos puestos de elección popular tendrá oportunidad de conseguir su objetivo. Pero él, aunque ha sido candidato, no ha logrado ganar las elecciones, comentó alguien. Las de mayoría no, le reviraron, pero ha sido bueno para colocarse como plurinominal. Hábil, como es, seguramente ya está pensando en incluir en la iniciativa la modalidad de magistraturas y judicaturas de representación proporcional.
QUE LA ELECCIÓN popular de jueces y magistrados, es para evitar que el Poder Judicial esté en manos de personajes corruptos y aliados de los nefastos dueños del poder económico, de los neoliberales, es uno de los argumentos que los defensores de la llamada 4T han esgrimido. Si es esa es la causa y la solución para evitar corruptelas, ¿por qué hay tantas acusaciones de corrupción en contra de funcionarios de los poderes ejecutivo y legislativo, electos por voto directo de la ciudadanía? Se pregunta en algunos corrillos. El Poder Judicial, se dice, está al servicio de los intereses de los enemigos de la transformación, pero la primera secretaria de gobernación del sexenio de AMLO, fue la ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero, nombrada en tiempos de Ernesto Cedillo. Por si fuera poco, uno de los radicales promotores de la 4T, es Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, nombrado ministro en tiempos de Felipe Calderón, y a quién impulsó, López Obrador, para que se reeligiera como presidente de la Suprema Corte. ¿O todo está podrido ahí, como juran y perjuran los promotores de la reforma, o nomás se salvan los que se cuadraron con el poder al que deben hacerle contrapeso?
PASADAS LAS ELECCIONES hay dirigentes y liderazgos partidistas concentrados en buscar culpables de los resultados no obtenidos y cargar responsabilidades a los demás. Critican a los que, según ellos fallaron, pero no ejercen la autocrítica, para analizar en qué fallaron ellos. Los del MORENA están empeñados en que los del Verde, siendo aliados, les jugaron contras indebidas en algunos lados, pero no le entran al análisis de sus confrontaciones internas. Hay panistas que culpan a los que, según ellos, tienen acaparados los cargos de la dirigencia y decisión, pero dejan de lado que ellos, o se mantuvieron al margen o de plano, veladamente, apoyaron otros proyectos. Hay unos pidiendo que se termine la alianza, porque los triunfos del PRI se debieron al PAN, olvidando que fueron juntos y que los priistas algo, los perredistas incluso, abonaron para los resultados. Obtuvieron la senaduría de primera minoría por el trabajo conjunto, solos hubiera sido otro el saldo.Su dirigente estatal, Verónica Rodríguez, era la candidata que encabezaba la formula, pero la segunda posición, siglada por el PRI, correspondió a un personaje, Jaime Chalita Zarur, que tiene el respaldo de los priistas, pero también reconocimiento en los militantes de los otros partidos y amplia aceptación en diversos sectores potosinos.Hay grupos priistas que creen que su dirigencia les falló, que incluso agandalló las posiciones seguras, pero además de la críticano tuvieron ninguna aportación al trabajo proselitista.
EN LUGAR DE SEGUIR con lamentos-todos se lamentaron ya porque no les fue bien-, tienen que entrar a una etapa de reorganización y trabajo, incluidos los dirigentes y militantes de los partidos que perdieron el registro. Perdieron la facultad de postular candidatos y el financiamiento público, pero no el derecho a seguir existiendo como corriente política, constituirse en organización o, incluso, solicitar un nuevo registro, cumpliendo los requisitos que para ello están establecidos. Todas las organizaciones políticas están obligadas trabajar para posicionarse en el ánimo ciudadano y participar en los proceso de transformación democrática. Dentro de 3 años habrá nuevas elecciones, la de gobernador sobre, todo, y quienes quieran conseguir algo en ellas, tienen que empezar desde ahorita para que les vaya mejor o refrenden triunfos. Trabajar es la única alternativa que tienen. NOSOTROS DECIMOS:
Todos quedan advertidos
Más se agregó en tono bajo,
Muchos andan en los partidos,
¡Porque no les gusta el trabajo!
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