Con el aporte de dos expertos en salud mental, te contamos cuáles son los límites o estrategias, como quieras verlo, que necesitas imponer en tu vida laboral, en favor de tu salud mental
Anteriormente, te hemos insistido en varios factores que debes tomar en cuenta al momento de trabajar. Por ejemplo, hacerlo más de 8 horas al día podría causarte depresión en unos cuantos años, de acuerdo a un estudio. Y recuerda que permanecer sentado durante mucho tiempo también es perjudicial.
Pero vamos a enfocarnos nuevamente en lo mental, porque así como los límites son vitales en las relaciones familiares y de pareja, también lo son en el trabajo. En este caso, con tus jefes, compañeros y el conjunto de responsabilidades.
Con el aporte de dos expertos en salud mental, te contamos cuáles son los límites o estrategias, como quieras verlo, que necesitas imponer en tu vida laboral. No con el fin de creerte más que los demás o demostrar que el trabajo no te importa, sino con el objetivo de proteger tu salud.
4 límites que necesitas aplicar en tu vida laboral
1. No contestes correos ni teléfonos fuera de horario
A menos que sea algo muy urgente y donde tú eres indispensable, al salir de la oficina, toda tu concentración debe estar en tu vida personal y familiar.
Por tal motivo, el coach Azizi Marshall, orador motivacional de salud mental, te aconseja que nunca revises correos ni mensajes en tu teléfono que tengan que ver con el trabajo. Menos si compartes con tu pareja o hijos.
“Evitarás que tu vida personal se convierta en una extensión abrumadora de la oficina”, asegura el experto.
2. Aprende a decir "no" educadamente
Es vital para no sobrecargarte de trabajo. Lo importante es hacerlo con tacto y preferiblemente con una solución a mano.
Un ejemplo de solución es decir que podrías dejar la tarea encomendada para la siguiente jornada o postular a otro compañero, capacitado y con mayor disponibilidad en el momento.
3. De ser necesario, recuérdales cuáles son tus funciones
Si notas que empiezan a pedirte tareas que no están dentro de tus responsabilidades, no las asumas por quedar bien.
En este caso, debes recordar a los coordinadores cuáles son tus funciones, de manera asertiva y educada.
Decir “no” puede resultar difícil, pero debes atreverte, por tu salud mental. Una vez que lo hagas la primera vez, entenderán cuáles son tus límites.
El coach apunta que, generalmente, tus responsabilidades en un trabajo no solo están conversadas, sino también reflejadas en tu contrato laboral, a menos que no lo tengas.
4. Delega las tareas que no te competen, nunca las asumas
“Delegar no solo reduce la carga de trabajo, sino que también empodera a los demás”, afirma la coach Natalie Rosado, profesional de salud mental autorizada.
Y no se trata de que te conviertas en el “jefe”, sino que marques donde terminan tus tareas y donde comienzan las de tus compañeros.
La próxima vez que tengas el escritorio lleno de pendientes, analiza cuáles tareas podrían ser dadas a otros que trabajen para ti. También aplica para compañeros de trabajo, pues esta podría ser una oportunidad para destacar.