El multipremiado chileno Alfredo Castro ha forjado una carrera que resuena en la escena teatral y cinematográfica latinoamericana gracias a su profundidad interpretativa y, sobre todo, por su compromiso con proyectos que él considera socialmente relevantes.
Pese a que el artista de 68 años inició su carrera en el teatro a finales de los años 70 e incursionó en el cine hasta 2006 con la película Fuga, desde entonces ha recibido varios reconocimientos como el Starlight International Cinema Award del Festival Internacional de Cine de Venecia o su cuarto Premio Platino por Mejor Interpretación Masculina por la serie Los Mil Días de Allende (2023). Él mismo considera que su carrera ha sido más bien "sigilosa".
"Francamente, yo siento que he hecho una carrera súper silenciosa, tranquila. Sí, de verdad empecé con Pablo Larraín, me reconocen porque actúo medianamente bien en una película o muy bien porque las películas que he hecho son muy combativas, son muy radicales", comentó Castro en entrevista con GENTE.
Desde sus primeros pasos en el cine, Castro ha demostrado un firme compromiso con las óperas primas y con el trabajo junto a actores no profesionales. Más de la mitad de las películas en las que ha participado son debuts de directores o directoras.
"Me parece que sumándome a óperas primas puedo ser un aporte para que ese tipo de proyectos entren en la gran industria, o bien, abriéndoles camino a otras personas en ese mundo (la gran industria) donde yo también sufro cierta discriminación y al cual no logro y no quiero entrar.
"Yo no he ido por el estrellato, no me llama la atención, no me interesa. Yo voy de poquito a poquito. Me atraen los proyectos políticos o de luchas sociales", apuntó.
Su más reciente proyecto, El Ladrón de Perros, es un reflejo de esta filosofía. La película del director y guionista chileno Vinko Tomicic explora temas socioeconómicos a través de los ojos de un lustrador de zapatos en Bolivia, lo que la enmarca como una crítica a las desigualdades estructurales que perviven en la región.
"De El Ladrón de Perros me llamó la atención que es la segunda película de Tomicic y porque toca un tema que en Chile, México o en Bolivia conocemos muy bien, que son los chicos que lustran botas en la calle. En Bolivia surgió una crisis económica muy fuerte y las familias tuvieron que tirar a sus niños a las calles a lustrar zapatos y usaban estos trajes, estos gorros pasamontañas, para no ser reconocidos en la humillación de lustrar botas en las calles. Entonces, el tema se torna político, se torna económico, y eso a mí me llama mucho la atención.
"Además, me entusiasma este hombre viejo, solitario, que ama más a un perro que a un ser humano, pero se interpone un chico de escasos recursos. Todo este conjunto de operaciones políticas y económicas a mí me llama mucho, y que me llevan a decir voy a ese proyecto y a otros tantos también", apuntó Castro, quien interpretó al Sr. Novoa en la cinta que se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Tribeca durante esta semana.
Alfredo, también conocido por su aparición en filmes como Tony Manero (2018), Desde Allá (2015), El Club (2016) y El Conde (2023), reveló en la entrevista que está en planes de traer una obra teatral a México.
"Estoy viendo la posibilidad de hacer teatro acá. Yo soy director de teatro, tengo una pequeña sala de teatro en Chile. Estamos viendo con unos productores cómo poder armar algo en teatro acá en México, que sería hermoso. Ahora no puedo decir sobre qué proyecto porque están viendo cómo producirlo y eso toma un tiempo", agregó.
En el FICG, el actor recibirá el Homenaje Mayahuel Iberoamericano por su trayectoria, el cual dedica a Chile. También ofrecerá una clase magistral mañana en el evento.
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