Este año algunas ciudades como Nueva York y Nueva Jersey podrían recibir visitantes non gratos: se prevé que enormes arácnidos arriben a esta región durante el verano. Se trata de las arañas joro (Trichonephila clavata), una especie invasora originaria de Asia que se ha ido extendiendo por Estados Unidos en un tiempo relativamente corto.
Dadas sus características, este animal podría ser una de las más grandes pesadillas para los aracnofóbicos: las patas de las hembras pueden llegar a medir entre 8 y 10 centímetros de largo y las más jóvenes tienen la capacidad de transportarse por el aire.
Aunque no hay claridad sobre cómo lograron darle la vuelta al mundo, se cree que llegaron a suelo estadounidense por accidente, mediante el comercio internacional, “especialmente con productos agrícolas, plantas en macetas y material de embalaje”, como señala un estudio publicado en 2022.
Debido a su ciclo de vida, se les deja de ver en invierno, estación del año en la que las hembras mueren, no sin antes haber dejado preparados sus huevos. Las crías comienzan a nacer en primavera y alcanzan la madurez durante el verano, de ahí que se les pueda observar más a menudo en esta época del año.
¿A dónde van?
Los primeros avistamientos que se tienen de la araña en Estados Unidos se dieron en Madison, Georgia en 2014. Según los registros de iNaturalist, hasta octubre de 2022 esta araña había logrado expandir sus dominios a Carolina del Sur, Carolina del Norte y Tennessee. Además, y según el estudio publicado en la revista Biological Invasions, se dieron informes aislados sobre su presencia en Maryland, Oklahoma y Virginia Occidental.
En fechas más recientes, la empresa New Jersey Pest Control dio a conocer que las arañas Joro ya habían continuado su expansión por el sureste del país en donde encontraban un clima óptimo para vivir.
Al respecto, un artículo publicado en 2023 detectó que estos arácnidos pueden soportar ambientes fríos (incluyendo heladas breves), lo que les permitiría continuar con la 'conquista' de territorio estadounidense.
“Nuestros resultados colectivos indican que la fisiología del jor? es más adecuada para un ambiente más frío que la de T. clavipes , lo que implica que podría extenderse hacia el norte, más allá del sureste de Estados Unidos”, destacan los investigadores.
De acuerdo con un artículo de la Universidad de Georgia, sus modelos sugieren que los climas en el noreste de Estados Unidos y el sur de Canadá son más adecuados para la T. clavata que el área de distribución que se presentaba hasta ese momento.
Destacaron que además de su resistencia al frío hay otros factores que hacen más probable su expansión: las características climáticas que Estados Unidos comparte con Japón (uno de los países de origen de la araña) y la tolerancia que tiene esta especie ante las vibraciones y ruidos comunes en los paisajes urbanos.
Y es que, de acuerdo con una investigación, las arañas Joro podrían adaptarse bien a zonas urbanas, contrario al caso de otros animales a los que el caos de la ciudad podría resultarles estresante.
Dado el comportamiento que se ha registrado, algunos medios canadienses también han ahondado sobre la posible llegada de estos animales a regiones como Ontario. No obstante, expertos de dicho país han señalado que hasta el momento no hay de registro de su presencia en la región.
¿Cómo logran su avance?
Gracias a lo que se conoce como vuelo arácnido —técnica mediante la cual las arañas adquieren la capacidad de viajar por los aires con el uso de sus telarañas— las arañas jóvenes logran vagar por varios kilómetros, lo que explicaría cómo han logrado expandir sus dominios a más regiones.
No obstante reportes recientes también destacan el papel de las labores humanas en la propagación de esta araña, por ejemplo, en el estudio se mencionó el caso de una mujer que transportó a una de estas arañas accidentalmente a casa sus padres en Oklahoma, esto luego de que ella viajara desde Georgia, epicentro de la invasión.
¿Son peligrosas?
Actualmente existen muchas preguntas respecto al impacto que pueden llegar a tener estos polizones, al respecto Andres Davis y Benjamín L. Frick , investigadores de la Escuela de Ecología Odum, destacan la necesidad de averiguar cuáles podrían ser las implicaciones en el ecosistema y si existen riesgos para las arañas nativas.
“También sería interesante saber si existen depredadores potenciales nativos de los Estados Unidos que podrían ayudar a controlar su población, como las avispas del barro, que se alimentan de arañas”, mencionan en su estudio.
En tanto, en cuanto a los riesgos que representa para los humanos, los expertos señalan que no hay motivos de preocupación, de hecho, un estudio encabezado por la Universidad de Georgia señala que estas arañas son relativamente inofensivas debido a su comportamiento.
Y es que, aunque se sabe que la mayoría de sus congéneres prefieren evitar el conflicto, al aparecer las Trichonephila clavata son aún más cautas en cuanto a interacciones externas.
Esto de acuerdo con la investigación en la que se analizó el comportamiento de congelación de 10 especies de arañas diferentes luego de molestarlas con bocanadas de aire rápidas. Solo la araña Joro y su prima, la araña de seda dorada, respondieron de manera similar.
“La mayoría de las arañas permanecieron inmóviles durante menos de un minuto después del estímulo. Mientras tanto, ambas arañas Trichonephila permanecieron inmóviles durante más de una hora, lo que parece no tener precedentes y sugiere que las arañas de este género son las más "tímidas" jamás documentadas”, señalan.
Por otro lado, aunque son venenosas, una picadura no resulta mortal ni médicamente relevante para los humanos.
¿Hay arañas Joro en México?
Hasta el momento esta araña no hay registros de una ‘invasión’ arácnida en México. Sin embargo, y de acuerdo con el Instituto de Ecología y el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, México es uno de los hogares de una de sus primas: la araña de seda dorada.
Al igual que la araña Joro, su tamaño es considerablemente grande y se le puede encontrar principalmente en zonas cálidas y húmedas del país (por ejemplo, cafetales, manglares), así como en el sureste de Estados Unidos y Argentina.