La leche materna es un alimento indispensable que reciben bebés de forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida, ya que aporta las proteínas y nutrientes que favorecen el desarrollo del sistema gastrointestinal e inmune, lo que protege contra infecciones que pueden ser mortales.
La alimentación desde el seno materno durante la primera hora de vida fortalece el sistema inmune de la o el bebé y previene enfermedades a las que están expuestos los primeros días posteriores al nacimiento, como la sepsis neonatal.
Señaló lo anterior el jefe de Cuneros y Alojamiento Conjunto del Hospital de la Mujer, en entrevista con motivo del Día Mundial de la Leche que se conmemora el 1º de junio, fecha instituida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Explicó que la sepsis neonatal es un padecimiento bacteriano que se adquiere durante la gestación debido a constantes infecciones urinarias, y es trasmitida de la madre al bebé. El contagio también se puede dar en el proceso del nacimiento o en los primeros días de vida.
La sepsis neonatal genera una respuesta inflamatoria sistémica que afecta los principales órganos como el corazón, los riñones o el hígado, y es la segunda causa de decesos en el registro de muerte neonatal temprana, que comprende los primeros siete días de vida. En el país, la bacteria más frecuente causante de esta enfermedad es la Escherichia coli; en este contexto, el especialista resaltó los múltiples beneficios de la lactancia materna para la salud y bienestar de las personas recién nacidas, por lo que recomendó a futuras madres aportar alimentación a través del seno materno.
Dijo que la evidencia científica muestra que bebés alimentados con leche materna tienen 15 por ciento menos riesgo de desarrollar obesidad y presentan mejor función visual. Además, reduce la prevalencia de trastorno de déficit de atención e hiperactividad, y también está documentado que disminuye la posibilidad de padecer algunos tipos de cáncer como leucemia y linfoma.
La leche humana transita por tres fases: calostro, leche transicional y leche madura; cada una presenta determinada concentración de compuestos nutricionales.
El calostro se produce al inicio de la lactancia; tiene alto contenido de proteínas y vitaminas A y E; minerales como el zinc y menor cantidad de grasa y lactosa; esto lo convierte en un alimento esencial para fortalecer las defensas del sistema inmune.
Entre el segundo y tercer día posparto, el calostro va dejando paso a la leche transicional, que se caracteriza por contar con mayor cantidad de grasa y azúcar (lactosa).
Posteriormente, la leche se estabiliza y se considera madura para alimentar los primeros seis meses de vida del bebé.
El jefe de Cuneros y Alojamiento Conjunto del Hospital de la Mujer detalló que en esta institución médica se fomenta y favorece la alimentación al seno materno a través de la Clínica de Lactancia Materna, donde profesionales de enfermería llevan a cabo tareas de educación, capacitación y apoyo emocional a las pacientes con el objetivo de que su práctica sea exitosa.