Todos somos guadalupanos carta a Xochitl.

Por donde nos vayamos para llegar a puerto seguro, una decisión difícil, puede ser por los mares tranquilos, donde la pesca sea abundante, pero la lluvia sea escasa y el trayecto largo, o preferimos los mares bravíos donde también la pesca es abundante, el cielo envía agua dulce, el viaje corto, pero corremos peligro de naufragar por el oleaje más alto que el mismo barco. Tomamos riesgos, los conocemos y sin embargo creemos que las cosas fáciles serán portadoras de felicidad, hay caminos cortos, pero con peligro, caminos más largos con obstáculos, pero la recompensa es mayor.

A unos días de que concluyan las campañas ya comienza a sentirse la desesperación en el equipo de la Fuerza y corazón por México, San Luis, CDMX, Veracruz, Tabasco, Chiapas y varios más, se deja oír el tono con que los candidatos multicolores, con esa uniformidad ideológica que los caracteriza, con la astucia de un chapulín, y la entereza de un mapache, escuchamos como su lenguaje se convierte en odio, desde los “huevos” que le faltan a Maynez, hasta la Virgen de Guadalupe de la falda de Sheinbaum “ le contaste a su santidad como usaste la Virgen de Guadalupe en una falda, a pesar de que no crees en ella ni en Dios” dijo la Xóchitl Gálvez, “la” por aquello que nos equivoquemos de país y hacer saber que es mujer.

Señora candidata: La Virgen de Guadalupe no es propiedad de católicos, la imagen es un símbolo nacional, no vivimos en un país fundamentalista, es un país laico, con libertad de culto, la tradición guadalupana, no es suya ni de su marea rosa, la falda de Claudia es de una tradición por la celebración de la Batalla del 5 de mayo, en la delegación de Venustiano Carranza, en CDMX de donde usted es vecina, incluso tradición patrimonio cultural de la ciudad, en Peñón de los Baños.

La virgen se dibuja, se repuja en la tela, se pinta en cientos de vestidos de cualquier danza o festividad de pueblos y barrios. Usted Señora carece de conocimiento mínimo de la historia del país, es para Ti señora del los mil huipiles, de diseñador de Polanco, (no creo que los adquirieras en algún tianguis de artesanías), un símbolo, una deidad, un milagro, se te respeta, a quienes somos hombres y mujeres de fe, no religiosos, pero con profundo amor a México, su raíces, tradiciones, celebramos todo lo que representa la guadalupana, la primera bandera estandarte de Hidalgo en busca de la libertad que tanto reclamas y proclamas.

La Virgen de Guadalupe se guarda hasta en los hogares no creyentes como figura de unión, esa que dices luchar, la que llevan los soldados de la patria colgada al cuello en alguna medalla, esos que también son pueblo y que tanto les llamas “inútiles”.

Guadalupe para los mexicanos es más que un nombre, es la Lupita de los desposeídos, esos a quienes mencionas y ofreces tu sangre a cambio de un voto, por tus apóstoles corruptos y miserables.
Deja de apoyarte en la religión, en las costumbres, conoce las raíces más profundas de la patria, si te dices mujer de la patria, demuéstralo ten dignidad de mexicana.

No te equivoques Xóchitl, tu nombre náhuatl, flor en castellano, fue las que pronunció, según la leyenda, el santo  Juan Diego, al mostrar la rosa rojas a fray juan de Zumarraga, haz patria.
Creyentes o no, todos somos de alguna manera guadalupanos.

OSCAR ESQUIVEL