La naturaleza regala diversos fenómenos únicos, como las auroras boreales que también son llamadas Luces del Norte debido a que suelen ser visibles en las regiones polares, como en el norte de Europa, pero, sobre todo, en el Ártico. Sin embargo, 2024 está siendo un año excepcional en varios sentidos y una de las mayores muestras es que estas luces de colores fueron vistas en ciertos estados de México -yendo desde el Norte, como Baja California, hasta el Sur, como Yucatán-, así como en sitios de sur de Canadá y Estados Unidos, lo que no es habitual.
En el caso de México, el fenómeno natural fascinó a numerosas personas de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Jalisco Nayarit, Oaxaca, Sinaloa, Sonora, Yucatán y Zacatecas que incluso publicaron en redes sociales fotos de este momento, para los científicos del país se trata de una situación extraordinaria que genera incertidumbre y preocupación por lo que implica. Por ejemplo, el doctor Alejandro Macías, científico e infectólogo, publicó ayer 11 de mayo en X, red antes llamada Twitter, que este evento podría ser un precedente del efecto Carrington.
¿Hay relación entre las auroras boreales y el efecto Carrington?
Mediante el tuit, el experto, conocido en el país por ser “Zar de la influenza” y divulgador de información del Covid-19, expuso que las auroras boreales son hermosas, pero su presencia puede ser indicador de un posible “colapso en las comunicaciones y la red eléctrica en la faz de la Tierra frente al Sol”.
El planteamiento del originario de León, Guanajuato, se debe a que la presencia de las Luces del Norte en México se dieron por “una intensa tormenta solar que interactúa con el campo electromagnético de nuestro planeta y altera nuestra atmósfera”, explica National Geographic. La atmósfera se integra de gases que reaccionan por varios motivos, como las partículas con carga eléctrica que derivan de la actividad solar. Y esto sucedió el viernes 10 de mayo, provocando la presencia de las luces de colores.
Qué es el efecto Carrington
El efecto Carrington recibe este nombre porque fue dado a conocer por el astrónomo inglés Richard Carrington, quien el 1 de septiembre de 1859 vio la explosión de luz blanca en la superficie del Sol cuya energía equivalió a más diez mil millones de bombas atómicas. Horas después, el 2 de septiembre, este fenómeno se repitió en toda la tierra, dando lugar a la tormenta solar más agresiva de la historia.
Un dato relevante es que dichas luces eran habituales en zonas polares, pero su expansión a otros lugares fue un precedente de lo que ocurriría; es por ello que el doctor Alejandro Macías hizo mención de esto en Twitter. De hecho, esa devastadora tormenta solar fue vista en Ciudad de México, de acuerdo con registros del periódico La Sociedad que están disponibles en la Hemeroteca Nacional Digital de México (HNDM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).