Un reciente estudio llevado a cabo por UCLA Health ha revelado la posibilidad de utilizar un análisis de sangre para detectar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o deterioro cognitivo en el futuro. Publicado en la revista Stroke, el estudio señala que al medir las concentraciones de ciertas moléculas inflamatorias en la sangre, los médicos podrían calcular una puntuación de riesgo de susceptibilidad a la enfermedad de los pequeños vasos cerebrales, una causa común de accidente cerebrovascular y deterioro cognitivo en personas mayores.
¿Cómo funciona?
La investigación liderada por el Dr. Jason Hinman de UCLA Comprehensive Stroke and Center y el Centro Mary S. Easton para la Investigación y la Atención del Alzheimer, se basó en el análisis de una red biológicamente conectada de moléculas inflamatorias llamada red de interleucina-18 (IL-18). Estudios previos ya habían relacionado moléculas individuales de esta red con enfermedades cerebrovasculares y el riesgo de accidente cerebrovascular.
El estudio se centró en la idea de que medir las concentraciones de una red específica de moléculas inflamatorias en la sangre puede proporcionar información crucial sobre el riesgo de desarrollar enfermedades de los pequeños vasos cerebrales. Estos pequeños vasos sanguíneos son fundamentales para el suministro de sangre al cerebro y su función adecuada es vital para mantener la salud cerebral.
Los cambios en la concentración de estas moléculas inflamatorias pueden indicar la presencia de problemas en los pequeños vasos cerebrales, que son una causa común de accidente cerebrovascular y también pueden contribuir al deterioro cognitivo, especialmente en personas mayores.
Al medir específicamente las concentraciones de estas moléculas inflamatorias, los médicos podrían obtener una evaluación más precisa del riesgo de enfermedades de los pequeños vasos cerebrales y, por lo tanto, un mejor entendimiento del riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o deterioro cognitivo en el futuro. Esto podría llevar a una intervención temprana y a medidas preventivas dirigidas para reducir el riesgo de enfermedades cerebrales vasculares y mejorar la salud cerebral en general, especialmente en personas mayores.
El estudio utilizó datos de salud del Framingham Heart Study, un estudio de varias generaciones que ha seguido el historial médico de miles de residentes de Framingham, Massachusetts, desde 1948. Analizando muestras de sangre y registros médicos, los investigadores crearon un modelo matemático que genera una puntuación de riesgo basada en las concentraciones de las moléculas de la red IL-18. Los resultados mostraron que aquellos con puntuaciones de riesgo en el 25% superior tenían un 84% de posibilidades de sufrir un derrame cerebral durante su vida.
Implicaciones clínicas
Este enfoque podría revolucionar la forma en que se evalúa el riesgo de enfermedades cerebrovasculares, ya que actualmente se basa en una combinación de imágenes médicas y otros factores de riesgo. Si bien aún se necesitan más estudios para comprender cómo modificar o reducir esta puntuación de riesgo, el análisis de sangre podría permitir un acceso más amplio a la atención preventiva y potencialmente ayudar a prevenir los accidentes cerebrovasculares antes de que ocurran.
Conclusiones
Los hallazgos de este estudio abren la puerta a una nueva era en la prevención de accidentes cerebrovasculares y deterioro cognitivo. Sin embargo, se requieren más investigaciones para validar estos resultados y explorar cómo este enfoque puede integrarse en la atención primaria para prevenir los eventos cerebrovasculares antes de que sucedan.