En ocasión del Día Mundial del Asma, que se conmemora el 7 de mayo, especialistas del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) “Dr. Ismael Cosío Villegas” hicieron un llamado a tomar conciencia en torno a la necesidad del diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado, en virtud de que estas dos medidas permiten una vida normal a más de 95 por ciento de pacientes.
A nivel mundial, 336 millones de personas padecen asma; en el caso de México, entre 8.5 y 10 por ciento de la población vive con esta condición; no obstante, en regiones como el sur del país, la prevalencia llega a 20 por ciento.
En entrevista, las y los especialistas en neumología señalaron que el asma es una enfermedad respiratoria crónica, inflamatoria de la vía aérea, que tiene obstrucción reversible y variable.
Detallaron que la patología afecta los bronquios, que es una red o circuito de tubos que se encarga de absorber el oxígeno del aire que respiramos; en personas con asma, los bronquios se inflaman y el músculo que lo rodea se contrae; esto disminuye el espacio al interior del conducto, provocando que el aire no pueda circular de manera fluida.
Los síntomas se manifiestan a través de falta de aire, sensación de asfixia o fatiga, tos y silbidos al respirar o tos silbante, que se presentan con intensidad y frecuencia variables.
Las y los médicos del INER mencionaron que la obstrucción e inflamación bronquiales, que es la forma como se manifiesta el asma, son resultado de la interacción con múltiples desencadenantes en el entorno.
Los seres humanos respiramos entre 18 y 22 veces por minuto y en cada ocasión inhalamos aire contaminado por elementos que van desde ácaros de polvo y otras partículas potencialmente nocivas como pastos y pólenes, pasando por agentes químicos volátiles, humo de incendios y emisiones industriales; incluso, la ceniza del volcán Popocatépetl. Esta exposición a múltiples agentes desencadenantes provoca inflamación y obstrucción.
El tratamiento puede ser de mantenimiento o control, y consiste en el empleo de forma periódica de un medicamento inhalado compuesto por dos sustancias activas para abrir, relajar y desinflamar los bronquios.
Otro tipo de tratamiento farmacológico es de rescate y se usa ante episodios de agravamiento de los síntomas por la condición cíclica de la enfermedad o por una exposición súbita a agentes desencadenantes. En estos casos, el paciente asmático recibe dosis adicionales de broncodilatadores bajo supervisión médica, que le permiten recuperar la respiración.
Los especialistas alertaron sobre los riesgos a la salud por el abuso en el uso de rescatadores intensivos en corticoides como la dexametasona o prednisona, porque si bien actúan como desinflamatorios, tienen efectos secundarios que implican graves riesgos para la salud en el mediano y largo plazos cuando se consumen de manera inadecuada y repetitiva, por temporadas largas y sin supervisión.
En caso de crisis asmática grave, se debe trasladar al paciente a urgencias para que reciba tratamiento con broncodilatadores de acción corta y, de ser necesario, oxígeno e intubación para desinflamar los bronquios.
Aclararon que la crisis asmática es consecuencia del inadecuado tratamiento o de su interrupción, por lo que recalcaron la importancia de la adherencia terapéutica para el buen pronóstico del paciente con asma. Esto requiere que la persona asuma la responsabilidad que le corresponde en el cuidado de su salud respiratoria.
Esto implica el uso del spray conforme a la prescripción médica, cuidar ciertos ambientes, dejar de fumar, hacer ejercicio, y todas las medidas necesarias para estar mejor; de otra forma, las opciones terapéuticas se ven seriamente limitadas, afirmaron.
Subrayaron la importancia de los cursos y programas de actualización impartidos por el instituto, de manera presencial y a distancia, para dotar a profesionales de la salud de primer nivel de atención de las herramientas diagnósticas necesarias, los exámenes especializados como la espirometría y, en su caso, la referencia y el acompañamiento médico adecuados.
La jefa de la Clínica de Asma del INER informó que atienden dos mil pacientes al año, de los cuales entre cinco y siete por ciento padecen la forma grave y requieren atención más especializada e intensiva, pero incluso para ellos es posible encontrar el tratamiento adecuado que les permita llevar una vida normal, sin discapacidad permanente y mucho menos riesgo de fallecer.
Informaron que muchas personas padecen asma y no están diagnosticadas, por lo tanto, no reciben tratamiento. Son personas que no pueden trabajar, no pueden ir a la escuela o no pueden hacer deporte ni jugar.
Reiteraron que es necesario seguir trabajando para que este padecimiento se visibilice y, como sociedad, sepamos que se puede hacer mucho para eliminar el estigma de que, quien lo padece, no puede salir o hacer actividades deportivas o recreativas; “hay que apostarle a una realidad de diagnósticos precisos, tratamientos efectivos e interacciones sociales más inclusivas”.
Coincidieron en la importancia de la conmemoración del Día Mundial del Asma, porque constituye una oportunidad para avanzar en el esfuerzo de informar a la población sobre esta enfermedad y sus implicaciones.