La pregunta que siempre nos planteamos al momento de comenzar a incorporar esta práctica a nuestros hábitos diarios.
Más allá de su duración, el horario es determinante cuando hablamos de meditación, pues los beneficios que puedes obtener a nivel emocional y espiritual, tienen mucho que ver con la hora que elijas para realizarla.
¿Cuál es el mejor horario para meditar?
La meditación, como parte de tu rutina de cuidado emocional y espiritual, debe realizarse dos veces al día, si estás comenzando a crear el hábito, basta con que realices una práctica de 10 o 15 minutos para que sea provechosa. Conforme sea más sencillo realizarla, podrás aumentar el tiempo que dedicas para estar en conexión contigo mismo.
¿A qué hora meditar por la mañana?
El horario ideal para meditar por la mañana es entre las 6 y las 9. El momento perfecto para realizar tu práctica es al despertar, pues es cuando tu energía se encuentra más limpia y podrás obtener un mayor beneficio de ella.
Para que puedas tener una meditación efectiva, será necesario que salgas de tu cama y te coloques en un lugar cómodo donde puedas realizarla. Es muy común que mientras meditas, la temperatura de tu cuerpo comience a disminuir, así que es recomendable que te cubras con una manta para que nada pueda distraerte.
Si no puedes hacerlo al momento de despertarte, es sumamente importante que sea durante los primeros momentos de tu día, antes de comenzar a involucrarte con actividades diarias como revisar pendientes del trabajo o utilizar tu celular.
Ten en cuenta que la meditación matutina marca el ritmo de tu día, la manera en que tus emociones se comportarán a lo largo de tus actividades y también tu estado de ánimo.
¿A qué hora meditar por la noche?
La meditación vespertina es una excelente manera de cerrar el día, te ayuda a liberarte de todo lo acontecido y a comenzar el viaje hacia un descanso pleno.
El momento ideal para meditar durante la tarde es justo cuando el sol se oculta, es decir, entre las 6:30 y 8 de la noche. Específicamente en este segundo momento de práctica, es vital tener claro que debes dejar un espacio de dos horas entre tu meditación y la hora de dormir.
La meditación como tal es una práctica de relajación activa, por lo tanto, aunque tu cuerpo entre en un estado de somnolencia, tu mente estará en actividad, lo que dará como resultado un sueño poco reparador. A menos que sea una meditación específicamente creada para conciliar el sueño, lo mejor es que elijas el atardecer para comenzar una rutina de cuidado hacia tu momento de descanso.
Aspectos a considerar para tu meditación
Es un viaje hacia el interior, a través de ella podrás conectar con el Universo y también contigo mismo, por ello debes de ser gentil con tu proceso, pues es único y es de la manera que debe ser para ti.
La meditación te da lo que necesitas: es muy común que al inicio te quedes dormido y no es algo malo, era un momento de descanso que tu cuerpo necesitaba y la práctica te ha llevado a él. Sin embargo, procura no asociar tu práctica al sueño porque no tendrás los resultados deseados.
La postura debe ser natural y cómoda: la postura que elijas para meditar debe responder a tu comodidad para que puedas centrar tu atención en la práctica que realizarás, así que una gran recomendación es siempre tener la espalda apoyada para que se mantenga relajada.
Tu mente no se debe quedar en blanco: mantener la mente en blanco es prácticamente imposible, así que lo mejor es reconciliarte con los pensamientos que se presenten y solamente dejarlos fluir, se trata de no crear tensión alrededor de ellos, simplemente dejarlos ser.
