Cecilia Flores, la líder del colectivo de madres buscadoras de Sonora, denunció que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México limpió evidencia del supuesto crematorio clandestino que fue encontrado en las inmediaciones de las alcaldías de Iztapalapa y Tláhuac:
“Se llevaron todo porque lo sabían, querían decir que eran (restos) de perro. Nosotros vamos a bajar y vamos a buscar lo que podamos de evidencia para que lo revisen otras autoridades”, dijo Flores al medio Latinus. “Hasta con brocha creo que limpiaron, porque está todo limpiecito”, concluyó.
Flores, quien busca desde 2015 a dos hijos que se encuentran desaparecidos, asegura que recibió una llamada anónima en la que le dijeron que hace tres meses estaban calcinando gente en el lugar. La activista reportó el hallazgo del crematorio en redes sociales, generando una reacción política inmediata. En un ataque coordinado, Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum, Martí Batres y Clara Brugada cuestionaron a Flores y calificaron el supuesto crematorio como “un montaje frustrado”.
La cruzada política se basó en un análisis realizado por la fiscalía capitalina. En menos de 24 horas, las autoridades concluyeron que las cenizas encontradas en el crematorio eran de restos caninos, no de restos humanos. Las pruebas de la fiscalía no pueden ser contrastadas porque limpiaron la evidencia. No quedó un solo rastro de cenizas para que pueda ser analizado por una organización independiente, como solicitó Flores.
Bryan LeBarón, un activista que ha acompañado a Flores y cuya familia fue víctima de la masacre de Bavispe, Sonora de 2019, declaró que los peritos de la fiscalía rompieron todos los protocolos de custodia de pruebas.
Ahora, Flores está solicitando a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos su intervención para analizar algunos restos que están en su poder. Se trata de una organización multilateral que recientemente salió del país por presiones del gobierno relacionadas al caso Ayotzinapa.
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