Si lo que quieres es aprender a cómo pasar del dolor al empoderamiento, pues estás viviendo un duelo por alguna relación terminada, una amistad fracasada, un despido laboral o la pérdida de un ser querido, debes saber que sentir esa emoción no tiene nada de malo, es perfectamente normal y estás en todo tu derecho de permitirte superar la situación a tu ritmo. La siguiente lista de consejos para hacer un mal momento una fuente de poder son solo algunas herramientas que puedes usar conforme lo vayas necesitando.
Describe lo que pasó
La memoria no siempre funciona a tu favor, hay situaciones que fragmenta a modo de que solo tengas presente las cosas buenas y no las cosas malas, o al revés. Así que, tómate un momento para describir, ya sea en papel o con tu voz, el minute by minute de los hechos; de esta forma tendrás todas las piezas del rompecabezas juntas y podrás tomar acción a partir de una base sólida.
Libera tus emociones
Yo vine a hablar con usted lo que una lo que un determinado estímulo te hace sentir es algo que escapa completamente de tu control así que de modo que no está bien que juzgues a tu cuerpo el experimentar enojo tristeza O frustración por esa situación que te causó un gran dolor la forma más sana de superar lo que pasó es Vaciar el tanque de las emociones que te causó.
Investiga al respecto
En el documental My Mind and Me, Selena Gomez habla de lo útil que fue para ella un consejo que le dio su mamá cuando de niña le asustaban los tornados en Texas: “mientras más sepas al respecto, menos miedo tendrás”. Esa misma enseñanza de vida aplica cuando estás atravesando un duelo, pues una de las principales causas es no entender por qué te sientes tan mal. Entonces, lee o entrevista a personas que conozcan al respecto para que encuentres esa explicación que tanto necesita tu cerebro para pasar de página.
Pide ayuda profesional
Hablando de gente experta en el manejo de las emociones, no podemos olvidar en esta pequeña lista sobre cómo pasar del dolor al empoderamiento asistir a terapia psicológica, pues los profesionales en este ramo sabrán guiarte con herramientas científicamente probadas que adaptarán a tu situación en específico.
Busca a tu red de apoyo
Por último, es importante que identifiques cuál es tu red de apoyo. Recuerda que esta no se ve igual para todas las personas; mientras que para tu mejor amiga puede ser su hermana mayor y una de sus tías, para ti puede ser tu mamá y tu hermano menor. No te agobies por creer que tienes muy poca o demasiada gente apoyándote, mejor enfócate en agradecer que puedes contar con alguien (así sea tu mascota) cuando necesites apoyo.
