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El lado oscuro de la pandemia, a cuatro años

María González | Plano Informativo | 02/05/2024 | 03:21

Secuelas aún no se conocen en su totalidad

Rodrigo Hervert Rivera, Psiquiatra en Alta Especialidad en Urgencias Psiquiátricas, señaló hace un par de semanas en exclusiva para PLANO INFORMATIVO, que falta mucho por descubrir respecto a los efectos que el virus SarS-CoV-2 dejó en las personas contagiadas de COVID-19, a corto, mediano y largo plazo.

Desde el 20 de marzo de 2020 hasta la última semana de abril del año en curso, en San Luis Potosí se confirmaron 253 mil 522 contagios de COVID-19, de los cuales 7 mil 736 pacientes murieron a consecuencia de la enfermedad y sus complicaciones.

Entre los efectos secundarios o secuelas de quienes fueron contagiados, el impacto en el ser humano depende mucho del estilo de vida de los pacientes; y no solo se refiere a una enfermedad respiratoria, sino a una afección que daña otros órganos como el riñón, el corazón e incluso al cerebro.

Esto hoy no sería más destacado que el informe semanal de contagios, sin embargo cobra una gran importancia a la luz del informe de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de Covid-19 en México, presentada el último día de abril del año en curso, en el que se confirma que los datos proporcionados por las autoridades sanitarias fueron meramente aleatorios, ya que no se siguió un protocolo científico de muestreo que proporcionara cifras reales.

 

San Luis salió de pandemia con 30% de letalidad

Y es que aunque San Luis Potosí estuvo entre las entidades federativas menos afectadas, con una tasa de mortalidad de 30 por ciento, el estudio revela que durante toda la emergencia, México tuvo 260.7 decesos por cada 100 mil habitantes, en números reales.

Según el informe, un año después del inicio de la campaña de vacunación la tasa de mortalidad entre la población indígena fue 240 por ciento mayor.

 

Industria por buen camino

Sin embargo, no fueron seres humanos los únicos que murieron como consecuencia de la pandemia de COVID-19, ya que sectores económicos como el turismo, el comercio, el pequeño comercio y las cadenas de suministro, recibieron entonces golpes brutales de los que todavía no logran recuperarse.

En San Luis Potosí, tan solo la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados, reportó alrededor de 2 mil 600 unidades de negocio que se vieron obligadas a cerrar durante la etapa de la pandmeia.

Es justo señalar que gracias a la conjunción de esfuerzos, en San Luis Potosí se ha logrado recuperar la mayor parte de los sectores afectados, incluso sectores como el manufacturero y el automotriz han logrado ya alcanzar las cifras de crecimiento prepandémico.

 

Recuperación no llega al interior

Lamentablemente, San Luis Potosí no es solo la zona metropolitana, y es aquí en donde tenemos que detenernos para confirmar que muchos de los 58 municipios potosinos no han logrado una estabilidad después de la pandemia.

Esto se ha agravado debido a los 15 meses de sequía, que mantienen el campo en un desplome sin freno que ha debilitado la estructura socioeconómica de los municipios y sus comunidades, donde no hay industria a la que acudir para recuperar el nivel de poder adquisitivo.

A esto hay que sumarle el gasto adicional que conlleva el tratamiento para el 13.6 por ciento de incremento de enfermedades mentales en niños y adolescentes, y aún mayor entre personas de la tercera edad.