En el año 1993, Michael Jordan era sin duda una de las figuras mediáticas más importantes a nivel mundial. Sin embargo, en el verano de aquel recibió la noticia más dura de su vida: su padre, una persona fundamental en su vida y querido en los Bulls, había desaparecido. Días más tarde, se confirmó el temor de todos. El cuerpo sin vida de James Jordan, asesinado de un tiro en el pecho, fue encontrado en un arroyo cerca del pueblo de McColl, en Carolina del Sur.

Dos jóvenes, Larry Martin Demery y Daniel Andre Green, de 17 y 18 años respectivamente, fueron detenidos como autores del asesinato y puestos a disposición judicial. Las autoridades declararon que James Jordan fue asesinado el día 23 de julio de 1993, en el momento en el que paró su vehículo para descansar un rato cerca de la autopista en dirección a Carolina del Norte.

Dos años más tarde, ya en 1995, ambos detenidos fueron proclamados culpables de asesinato en primer grado junto con otros cargos, con una sentencia a cadena perpetua en los dos casos. En la actualidad, Larry Martin Demery, de 44 años, está siendo considerado para obtener la libertad condicional por la Comisión de Supervisión y Libertad Condicional de Carolina del Norte. En agosto de 2013 y en octubre de 2016 sus recursos para obtener tal derecho fueron denegados.

Por su parte, Daniel Andre Green tendrá derecho a solicitar este derecho en octubre del 2021, ya que sigue manteniendo su versión y su inocencia. De hecho, lleva durante años intentando lograr que se repita el juicio, situación que no ha sido capaz de conseguir.

Según la versión de Demery, fue Green el que se acercó al coche con la pistola y con la intención de llevar acabo el robo. En el momento en el que James Jordan se despertó, Green le disparó, siempre según esta versión. Por el otro lado, Green nunca ha reconocido estos hechos, alegando que ambos estaban en una fiesta, que Demery desapareció y que volvió un rato después pidiéndole ayuda para mover el cuerpo de un señor al que había disparado.

La realidad es que las pruebas físicas era casi nulas, ya que el cuerpo de James Jordan en el momento en el que lo encontraron estaba en un avanzado estado de descomposición.