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Basilio hizo historia olímpica por cambiar imagen de la mujer deportista

Notimex | 26 Octubre 2019 | 17:38

Amabilidad, alegría y gran conocimiento de su deporte, fue lo que siempre mostró Enriqueta Basilio en cada una de las charlas que sostuvo, siempre con el deporte en sus palabras y de ese momento en que subió las escaleras que la llevaron a encender el pebetero en los Juegos Olímpicos México 68.

Enriqueta Basilio Sotelo, quien desde hace años padecía mal de Parkinson, hizo historia hace 51 años en un octubre de 1968 cuando su esbelta figura y sus piernas largas subieron las escalinatas rumbo al pebetero del Estadio Olímpico Universitario.

Su fuerza guerrera y convicción de llegar a destacar en su deporte hicieron que el entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, la eligiera para ser parte de la historia del olimpismo.

Pero no sólo por ese factor, sino porque ella encerraba la imagen de la mujer mexicana y, sobre todo, de la atleta de un país que se levantaba de fuertes eventos sociales.

La entonces monarca nacional de los 80 metros con vallas tomó la responsabilidad de ser parte de la historia, tanto deportiva como social, y lo hizo de manera excepcional. No claudicó en el intento de hacer que en cada escalón del estadio quedará grabado su valor y la nueva imagen social de los jóvenes.

La equidad de género era lo que se buscaba con esa idea de poner a la mujer en todo lo alto y las cualidades las reunía la atleta de Mexicali, Baja California.

“Fue un orgullo haber sido parte de esa historia, no sólo de México, sino del mundo”, dijo en una entrevista la ex competidora y militante del PRI.

Basilio Sotelo, quien siempre inculcó al deporte a sus hijos, uno de ellos Óliver, seleccionado nacional en polo acuático, tuvo la oportunidad de competir en los 400 metros, relevos 4x100 y 80 metros con vallas, su prueba favorita.

“La prueba con vallas era mi favorita. Era como ponerme retos y vencerlos, como el vida misma”, comentó en una ocasión.

El año pasado, Queta, como lo llamaban sus amigos, escenificó el pasaje de México 68 en el marco del 50 aniversario de la justa veraniega mexicana. Días antes tuvo la oportunidad de charlar con el presidente del COI, Thomas Bach.

El 12 de octubre de 1968 la exatleta nacional encendió el pebetero y, hoy 51 años después, se apaga ese momento, justo a un día de que en ese año se clausurara la cita deportiva.

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