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Místico revolucionó la lucha libre y unió clases sociales

Notimex | 24 Junio 2019 | 20:01

Considerado como uno de los últimos ídolos de la lucha libre mexicana, Carístico aseguró que su nombre estará en los libros de historia por lo conseguido en su carrera, en la que incluso unió clases sociales.

Ahora con el nombre de Carístico, el luchador que revolucionó el arte del pancracio en el país como Místico y que con su sola presencia llenaba la Arena México, dejó en claro, en entrevista con Notimex, que todo ha sido gracias a su trabajo, de lo cual se muestra muy orgulloso.

“No gané tantas cosas, la fama y la popularidad la gané con mi trabajo, con lo que hacía arriba del ring, la forma en que venía desarrollando mi talento, haciendo mis lances, transformando la lucha libre, fui un luchador que llegó a unir las clases sociales en la lucha libre”, dijo el luchador.

Desde la amistad con el futbolista argentino Gabriel Pereyra, quien se ponía la máscara del entonces Místico para festejar sus goles, hasta aparecer en videos musicales, recordó que en ese “boom”, aficionados de todas las clases llegaban a la “Catedral” para verlo luchar.

“Llegué a unir el futbol con la lucha, la música con la lucha, al público de telenovelas con la lucha; hice amistad con (Gabriel) Pereyra, con eso empecé a jalar gente del futbol, empecé a hacer comerciales, telenovelas, la gente de la farándula la empecé a jalar a la arena; con los videoclips, la gente de la música.

“Empecé a unir las clases sociales, vine a romper las barreras que había para que la lucha la vieran de otra forma diferente, venía revolucionando la lucha libre, veías tornillos, lances diferentes”, rememoró el gladiador.

Su experiencia en la WWE

Pero esa situación no lo hizo dormir en sus laureles, en cambio no dejó de trabajar en busca de mantenerse como un ídolo, lo que logró en la empresa estadounidense WWE tras su salida del CMLL, y lo que confirmó como independiente, en Triple A y nuevamente en la “seria y estable”.

“Cuando dejé el nombre de Místico, llegar a ser un luchador que inventé el personaje y de la nada ponerlo al tope de Místico, me costó trabajo regresar como independiente con un personaje nuevo e inventarlo, volverlo a agarrar de la nada y volverlo a colocar como una gran estrella, creo que nunca se ha visto”, dijo el carismático luchador.

Por sus logros y al considerarse como la única persona que se ha cambiado cuatro veces el nombre y aun así se ha mantenido como una superestrella, aseveró que su nombre estará en los libros de historia, además de considerarse como el gran ídolo de la industria luchística en el país.

“Tengo algo bien grabado, las leyendas me dijeron que los ídolos salían cada 10 o 15 años, creo que fui uno de los últimos años... de los ‘dos miles’ para acá nos hemos tardado en sacar a otro.”

Y para ser ídolo hay que tener ángel o estrella, algo con lo que, asegura, él nació, pues “Dios me dio ese don de la lucha, el carisma, el amor, la pasión que le tengo a la lucha lo supe combinar, por eso fui un gran ídolo de la lucha, una gran estrella”.

En esas épocas en que era más que un ídolo llegaba a luchar hasta 18 veces en una semana, incluso un día tuvo ocho presentaciones, pero todo era por el amor a su afición, por lo que asegura ya está en la historia de la lucha libre mexicana.

“En el libro de la historia mi nombre ya está escrito, no sé si con letras de oro, pero ya estoy, con los personajes lo que he logrado, lo que hice las veces que me cambié el nombre, cosas que ningún luchador ha logrado en diferentes empresas, ser una gran estrella, estelarizar eventos grandes, es una emoción tan grande…”.

Y aunque para alcanzar la fama tuvo que sacrificar tiempo y familia, la recompensa llegó después, pero aún tiene metas por cumplir y le gustaría estelarizar nuevamente un aniversario del CMLL con una lucha de apuestas, y aunque muchos quieren su máscara, espera al valiente que firme el contrato.

“Tengo muchas rivalidades, una fuerte con Último Guerrero. Me interesan rivales que digan: me juego la máscara o cabellera, y que te firmen un papel, me interesan esas rivalidades que tengan las agallas; amo mi trabajo, mi deporte y el día que me salga un rival que luego luego firme un contrato, lo haré”, afirma el gladiador.

Y también le gustaría ver en la “Catedral” a sus hermanos Argenis o Argos y hacer equipo con ellos, o que su padre, el Dr. Karonte, quien ya no lucha, esté en su esquina, “esperemos que el CMLL les dé una oportunidad para verlos conmigo en la arena”.

Consciente de que en algún momento el cuerpo le cobrará factura, incluso ya tiene una placa en la clavícula izquierda y cables en una de sus rodillas, comentó que seguirá con su actividad luchística hasta que el mismo cuerpo le diga que es momento de decir adiós.

“Me gustaría que la gente me recordara como el gran guerrero en un ring y como uno de los hombres más fuertes, no quiero que me griten: ya bájate; mejor que venga un junior mío, pero quiero irme sano, fuerte, como el hombre que soy en la actualidad”.

Y aunque ya pasaron más de 20 años desde su debut como luchador profesional y casi 15 desde que pisó por primera vez la Arena México, aún vive este deporte espectáculo como si fuera la primera vez, pues el día que no lo haga habrá terminado todo.

“Sigo viviendo la lucha libre como el primer día y los nervios no se me acaban, es lo que me dijeron mi padre y mi tío (Tony Salazar), el día que deje de sentir nervios dejaré de ser luchador. En cada presentación siempre he demostrado las ganas, el amor por la lucha libre que es mi vida y mi pasión y es lo que me ha mantenido como una gran estrella”.

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