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Estocolmo y Milán afrontarán elección de JJOO de 2026 con similares opciones

EFE | 24 Mayo 2019 | 09:25
Las candidaturas de Estocolmo-Are y de Milán-Cortina llegarán a la elección de la sede de los Juegos de invierno de 2026, el próximo 24 de junio en Lausana (Suiza), en parecidas condiciones, después de que la Comisión de Evaluación del COI haya elogiado sus condiciones generales, sus instalaciones y su experiencia, pero también descubierto problemas que invitan a replantear parte de los proyectos.
 
La dispersión y lejanía entre las múltiples sedes y las complicaciones que ello implica en transportes, alojamiento y seguridad son algunas de las observaciones recogidas por la Comisión en un informe hecho público este viernes, tras examinar las candidaturas sobre el papel y sobre el terreno.
 
"Ambos proyectos priorizan el legado y la sostenibilidad, con instalaciones probadas y de primera clase (...). Han asumido plenamente la filosofía de la Agenda 2020 y han puesto a los deportistas en el centro de sus planes", ha señalado como resumen el presidente de la Comisión de Evaluación, el rumano Octavian Morariu.
 
El informe incluye un apéndice centrado en los derechos humanos, que no hace objeciones al modelo sueco pero recuerda que en Italia "la corrupción es un problema desde hace mucho tiempo" y alude a la posible explotación de la mano de obra inmigrante por parte de las empresas de construcción.
 
Are, donde se disputarían las pruebas de esquí alpino y algunas de snowboard si gana la candidatura sueca, está separada de Estocolmo por 615 km. No es tanto la lejanía como "el elevado número de pruebas y la limitada capacidad" de Are lo que preocupa al COI, que señala en su documento que la localidad, de 11.500 habitantes, "podría afrontar retos operativos relacionados con el transporte y alojamiento de espectadores".
 
La Comisión también pone reparos a las condiciones climatológicas de Are, con exceso de viento que ya ha obligado a alterar el programa de Copas y campeonatos del mundo en esa misma sede, y a las pocas horas de luz en la zona debido a su latitud.
 
Los saltos de esquí serían en Falun, a mitad de camino entre las dos sedes principales, y las competiciones de bobsleigh, luge y skeleton serían, como novedad en la organización de Juegos Olímpicos, en otro país, Letonia, en la localidad de Sigulda.
 
Esta circunstancia no solo no inquieta al COI, sino que sus evaluadores alaban la iniciativa: "Está en línea con la Agenda 2020, que prima la flexibilidad para emplear sedes fuera del país anfitrión por razones de sostenibilidad y reducción de costes".
 
"Elegir Sigulda le da a Letonia una experiencia olímpica que de otro modo el país nunca podría disfrutar", dicen los examinadores.
 
La demora en llegar a acuerdos con las firmas privadas que deben construir las villas olímpicas es otro inconveniente citado por la Comisión.
 
Milán, que se quedaría con las pruebas de hielo, y Cortina, con el esquí alpino, el biatlón, el curling y los deportes de trineo, están a más de 400 km de distancia. A ellas se unirían varias subsedes que tampoco están cercanas, como Bormio (esquí alpino) y Livigno (snowboard, esquí estilo libre), a unos 200 km de Milán; el valle de Fiemme (saltos, esquí de fondo y patinaje de velocidad), a unos 300; y la Arena de Verona, a 160 km, elegida para la ceremonia de clausura y que puede presumir de ser la única instalación construida en el siglo I.
 
Esta dispersión obligaría a alojar a los deportistas en seis villas olímpicas y plantea a los organizadores exigencias importantes en transporte e infraestructuras hoteleras, porque muchas personas implicadas en las pruebas no tendrán tiempo de regresar a dormir a Milán al término de las competiciones.
 
El uso y coste pos-olímpico de la pista de bob y del óvalo de patinaje, un programa de competición no adaptado a los horarios europeos, la necesidad de trasladar lejos de casa a 10.500 miembros de las fuerzas de seguridad y el incremento de costes derivado de organizar las ceremonias de apertura y clausura en distintas ciudades figuran también entre los aspectos que suscitan dudas en este proyecto.
 
Como media, según el COI, el 80 % de las infraestructuras ya están construidas o serán temporales, frente al 60 % que tuvieron las candidaturas de 2022. Como consecuencia, "los presupuestos operativos son un 20 % inferiores a los de 2018 y 2020". En el caso de Estocolmo el coste de los Juegos se elevaría a 1.517 millones de dólares y en el de Milán a 1.566.
 
Estocolmo necesita construir tres sedes, para patinaje de velocidad, curling y esquí de fondo, y Milán precisa dos nuevas instalaciones, la Villa Olímpica y una pista de hockey hielo.
 
La carrera por la sede de los Juegos de 2026 quedó reducida a la mínima expresión, solo dos candidatas, tras las sucesivas renuncias de Sion (Suiza), Graz (Austria), Calgary (Canadá) y Sapporo (Japón), por falta de apoyo popular o político.
 
Calgary fue de hecho incluida por el COI entre las "invitadas" a presentarse -la nueva fórmula que emplea el organismo para aprobar candidaturas-, pero solo un mes después sus habitantes dieron la espalda a los Juegos en un referéndum con un 58 % de participación y un 56,4 5 de votos en contra del proyecto olímpico.
 
Según la Comisión de Evaluación de 2026, encuestas encargadas por el propio COI revelan un apoyo popular del 54 % en Estocolmo y del 87 % en Milán.
 
La ciudad que el 24 de junio resulte elegida por los miembros del COI sucederá en la relación de organizadoras de Juegos de Invierno a Pekín, que los acogerá en 2022.
 
Suecia no ha sido nunca sede de los Juegos de invierno, aunque sí de los de verano de 1912, también en Estocolmo. Italia sí los ha organizado en dos ocasiones: en 1956 en Cortina d'Ampezzo y en 2006 en Turín, además de los de verano en 1960 en Roma.
 
Las dos ciudades evaluadas tienen derecho a réplica. Si aportan información adicional, los miembros del COI dispondrán de ella antes de votar el 24 de junio.
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