Los organizadores del rally Dakar no han contactado al Gobierno de Perú para negociar la continuidad de la carrera en el país el próximo año, afirmó este jueves el ministro peruano de Comercio Exterior y Turismo, Edgar Vásquez.

"Respecto a si el Dakar va a continuar en Sudamérica, tengo que ser muy claro y directo: no he recibido ninguna solicitud de conversación", dijo Vásquez durante una conferencia con la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú (APEP).

Aunque el director del Dakar, Etienne Lavigne, dijo al finalizar el Dakar 2019 que preguntarían a los países sudamericanos por su disposición para seguir acogiendo la carrera antes de pensar en regresar a África, estos contactos no se han producido aparentemente, al menos con Perú, sede de la última edición.

En ese plazo, en cambio, se ha vislumbrado un posible acuerdo con Arabia Saudí desvelado en redes sociales por los pilotos saudíes Mohammed Al Twaijri y Yazeed Al Rajhi, pero todavía no confirmado por la Amaury Sport Organisation (ASO), empresa francesa propietaria del Dakar.

Vásquez consideró que el Dakar 2019, que por primera vez en su historia se desarrolló íntegramente en un solo país, fue "realmente exitoso" para Perú.

"Ha generado un movimiento económico superior a los 60 millones de dólares. Si a eso le sumamos el impacto mediático, con más de 70 medios de comunicación en la carrera, le sacamos el jugo al Dakar 100 % peruano. Fue una actividad muy exitosa", valoró Vásquez.

El ministro destacó la celebración de la feria gastronómica Perú Mucho Gusto en la sureña región de Moquegua, por donde pasaron dos etapas del Dakar, y que atrajo a más de 37.000 personas a lo largo de tres días.

"Ha sido la edición de la feria Perú Mucho Gusto más exitosa de todas las que hemos hecho en distintos puntos del país, con un flujo importante de visitantes extranjeros, sobre todo chilenos y bolivianos", detalló Vásquez.

El Dakar 100 % peruano se dio este 2019 ante la negativa de otros países de la región como Argentina, Bolivia y Chile a seguir acogiendo el rally por motivos económicos, ya que el canon que los países pagaban en Sudamérica a la organización oscilaba entre los 4 y 6 millones de dólares.