Atlanta United, dirigido por el argentino Gerardo "Tata" Martino, se consagró campeón de la Copa MLS tras vencer por 2-0 en condición de local a Portland Timbers en la final que enfrentó a los mejores equipos de la Conferencia Este y Oeste, respectivamente.
En un estadio colmado por más de 73 mil fanáticos, la franquicia de Georgia se alzó con el título mayor de la Liga de Estados Unidos por primera vez en su historia. El conjunto de Oregon, dirigido por el venezolano Giovanni Savarese, se quedó a las puertas de su segunda Copa MLS, trofeo que ganó en el 2015.
El duelo tuvo la particularidad de tener como protagonistas a 23 latinoamericanos entre los entrenadores y jugadores de ambos equipos.
La primera parte tuvo cierta polémica en el inicio. A los 14 minutos, tras un centro por lo bajo desde la derecha, Larrys Mabiala bajó a Josef Martínez en el área. El árbitro Allan Kelly hizo seguir el juego y no hizo caso a los pedidos de los jugadores de Atlanta, que reclamaban un penal a su favor. El juez tampoco apeló a la asistencia por el VAR y se mostró muy seguro en su decisión.
Miguel Almirón casi abre la cuenta sobre los 28 con una pirueta en el área, pero el arquero Jeff Attinella se lució para mandar la pelota al córner.
La apertura del marcador llegó a los 39 minutos del primer tiempo. Tras una mala salida de Portland desde el fondo, Josef Martínez se hizo de la pelota, amagó y definió cruzado ante la estirada del arquero para sellar el 1-0 de Atlanta.
El arquero local Bradley Guzan tuvo una intervención fundamental para mantener la ventaja de su equipo. A falta de dos minutos para el descanso, tapó con enormes reflejos un cabezazo de Ebobisse en el área chica.
Ya en la segunda parte, Atlanta logró ampliar la diferencia y ganar en tranquilidad. El argentino Franco Escobar dispuso el 2-0 a los nueve minutos y les permitió a los de Martino sostener la victoria con solvencia.
Se presume que Martino no seguirá en Atlanta y que, después de tres temporadas, dejará la MLS para hacerse cargo de la selección de México. De ser así, esta habrá sido la mejor despedida para un entrenador que jerarquizó a la franquicia y la convirtió en una referencia del fútbol estadounidense.
