Anderson e Isner jugaron un auténtico maratón en Wimbledon. El igualado choque entre ambos cañoneros se resovió con cuatro desempates y un interminable quinto set. Más de seis horas y media sobre la pista de hierba. Y mientras tanto, Nadal y Djokovic esperando su turno en el vestuario.
La tensa espera para salir a disputar la segunda semifinal obligó a los jugadores a buscarse formas de mantenerse entretenidos pero sin perder excesivamente la concentración. Y el tenista serbio no encontró mejor manera que jugar a las canicas, como demuestra un vídeo que colgó en las redes sociales.