A una semana de haberle “pintado dedo” al mundo entero durante la inauguración del Mundial de Rusia 2018, el cantante inglés Robbie Williams explicó que no se trató de un insulto, sino que simplemente “no puede confiar en sí mismo”.

Polémico por sus arrebatos arriba y debajo de los escenarios, el intérprete aseguró que la enorme presión bajo la que se encontraba por su actuación en la apertura de la Copa del Mundo le llevó a actuar sin pensar.

“Estaba bajo mucha presión porque solo me quedaba un minuto para el silbatazo inicial y no sabía si podía lograrlo en medio minuto. Así que hice un conteo hacia atrás de un minuto”, indicó el cantante.

“En estas situaciones es importante no causar un problema internacional. ¿Y sabes qué? Sé cómo manejarlo”, agregó en tono sarcástico entre risas.

Ya en un tono más serio, Williams aseguró que advirtió a su agente que seguramente algo saldría mal.

“No puedo confiar en mí. Lo último que dije a mi agente antes de salir fue que qué podía salir mal porque yo no sé lo que voy a hacer en todo momento. El plan era básicamente cantar, no tener errores. En realidad no se me pasó nada por la cabeza. Existe un bloqueo entre mí mismo y la razón. Algo ocurrió y cinco minutos después pensé ‘¿acabo de hacer lo que he hecho? Sí, lo hice, ¿verdad?’”, sentenció.