En 2002, Aliou Cissé portaba el gafete de capitán de la Senegal que hacía su presentación en las Copas del Mundo. En aquella edición, de la mano del propio Cissé, de Bouba Diop y El Hadji Diouf, los ‘Leones de la Teranga’ vencieron al campeón del mundo en su debut, dando una de las grandes sorpresas de los Mundiales.

Dieciséis años después, el otrora capitán está en el banquillo del equipo como DT, con un equipo con un perfil distinto a aquel comandó en Lejano Oriente. La velocidad se mantiene junto a la fuerza, pero la extravagancia y el carisma de 2002 han sido cambiados por el orden táctico.

Esta vez no era la Francia campeona del mundo, en Rusia, Senegal se presentaba ante la Polonia de Lewandowski, Milik y compañía como víctima en el papel.

Partido parejo en su primera mitad, la ofensiva de Polonia se vio muy limitada y Senegal  aprovechó. Al 38, Piszczek perdió el balón, Niang recuperó, tocó a Mané quien cedió para Gueyé que remato a puerta con desvío de Cionek para abrir el marcador.

En el 62, la sorpresa se consumó; Krychowiak tocó a su arquero desde el medio sector, sin percatarse que Niang arrancaba a toda velocidad para ganar la posición a Szczesny y marcar el 2-0 para la incredulidad del respetable.

Al 85, Krychowiak dio vida a Polonia con un cabezazo, pero en medio del drama no bastó ese zarpazo para detener al León.  

En 2018, Aliou Cissé portaba un traje y unas largas rastas. En esta edición, de la mano de Niang, Mané y Gueyé, los ‘Leones de la Teranga’ vencieron a Polonia por 2-1 en su debut.