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Madrid lucha y le da la vuelta a la final

El Mundo | 17 Junio 2018 | 16:57
Entre dos equipos tan igualados en talento y profundidad de rotación como son el Real Madrid y el Baskonia, un bajón o una lesión de un jugador esencial puede resultar letal. Y en esta final el Madrid había sufrido hasta un bajón doble: el de Sergio Llull, cuyo esperanzador regreso tras su grave lesión se había atenuado un tanto después de la semifinal de Euroliga ante el CSKA -aunque terminó bastante bien la eliminatoria ante el Gran Canaria en ACB- y el de un Luka Doncic que ha dado muestras de cansancio y de desconcentración en el último tramo de la temporada. Por eso pintaba francamente mal esta final de la ACB con la pérdida del factor cancha y con el advenimiento de dos jugadores jóvenes y con pinta de figuras en ciernes por parte del equipo vasco: Luca Vildoza y Matt Janning.
 
Pues bien, uno de los dos líderes del Madrid salió de su letargo en el Buesa Arena: Doncic, imperial en vísperas de su gran noche americana, la del 'draft' de la NBA. Y bastó para darle la vuelta a la final y a los pronósticos, aunque Llull continuase en un tono discreto. Bueno: bastó porque el equipo de Pablo Laso supo dominar colectivamente en facetas del juego que, al final, son más decisivas en baloncesto que la pura inspiración de una figura: el rebote y la defensa interior y exterior, dejando al equipo de casa en un pobre 25 de 70 en tiro de campo.
 
Laso, que tan mal leyó el primer partido de la serie, sin corregir en el último cuarto carencias defensivas que acabaron condenando al Madrid, ha estudiado bien lo sucedido aquella noche y, pese a los espectaculares arreones de un gran rival en este tercero -tanto en el primer cuarto como en el tercero-, ha tapado bien los boquetes y su equipo está dominando, en fin de cuentas, muy claramente las estadísticas. Más claramente aún de lo que indica el marcador.
 
Con todo, la final sigue en el aire. Estamos viendo a dos conjuntos que son muy claramente los dos mejores de España en estos momentos, con un Baskonia que podríamos haber visto en la Final Four europea de no haber perdido oportunidades tempranas, y nada está jugado. Algunos pequeños detalles -un poco concentrado Toko Shengelia que acumuló faltas muy pronto- pueden pesar muchísimo. Pero el aldabonazo del Madrid, que ya sabe que no va a perder esta liga lejos de casa, ha sido atronador.
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