La selección española debutará el sábado en el Mundial de Rusia 2018 con un examen de máxima exigencia ante Portugal... Pero en España nadie habla de Portugal. Si acaso se refresca que hace pocos meses Julen Lopetegui consideró “indudable” a Lionel Messi como el mejor futbolista del mundo para poner picante a su desembarco en el Real Madrid de Cristiano Ronaldo como punta del terremoto mediático que se organizó al conocerse su fichaje por el club merengue pero del partido mundialista, entre poco y nada.
La España futbolística se revolucionó al conocerse el acuerdo entre el Real Madrid y el entrenador vasco, y a partir del impacto mediático que ello provocó nació, de pronto, la especulación para conocer quien será su sucesor en el banquillo de la selección. Alumbró en el plano Luis Enrique y se sumaron a él los Michel, Albert Celades, Rafa Benítez o Quique Setién. Y, por ampliar la lista hubo quien nombró a Quique Sánchez Flores o, incluso, Paco Jémez.
Este miércoles está prevista una rueda de prensa en la que Luis Rubiales y Julen Lopetegui, se supone, explicarán todos los argumentos y sucesos que desembocaron en esa abrupta salida del entrenador del banquillo de la Roja, pero no se espera que el presidente de la federación ofrezca demasiadas pistas respecto a quien pudiera ser su sucesor, que tiene en Luis Enrique Martínez un candidato indiscutible. O eso se supone.
“Me gustaría entrenar a la selección, sí. Y mucho” admitió en octubre de 2015 el entrenador asturiano, en aquel entonces al frente del Barcelona y preguntado por empezar a especularse con que Del Bosque dejaría el puesto tras la Eurocopa de 2016. Cuando eso ocurrió Luis Enrique seguía en el Camp Nou y Villar sorprendió con la elección de Lopetegui, quien no dudó en romper el compromiso al que había llegado para dirigir al Wolverhampton porque, sentenció “no se puede dejar pasar una oportunidad como esta”.
Al cabo de dos años el entrenador vasco debió solventar que la oportunidad del Real Madrid tampoco puede dejarse pasar y trasladó a la federación esa patata caliente que significa su sucesión, a la que, se afirmó, también podría aspirar Michel.
El madrileño, de la misma forma que el asturiano, no tiene ahora equipo, tiene tirón en España y, como Lucho, mantiene muy buena relación con Fernando Hierro, director deportivo de la federación y que junto a Luis Rubiales debería solventar el nombre del nuevo seleccionador.
Tampoco tienen equipo actualmente Paco Jémez, quien hace tres años también llegó a sonar para el puesto, o Quique Sánchez Flores, si bien sus opciones se contemplarían mucho menores como podrían serlo las de Rafa Benítez, al mando del Newcastle; Ernesto Valverde, en el Barça; o Marcelino, en el Valencia.
Todos ellos han aparecido en el plano como lo han hecho otros dos nombres que tienen un ascendente especial. Uno es Quique Setién, entrenador que ha devuelto al Betis a Europa y de quien existe conocimiento que gusta mucho a Rubiales, y el otro es Albert Celades, quien dirige a la selección sub 21 y es visto como un sucesor natural en círculos federativos.
Setién, sin embargo, se contempla muy difícil que pudiera dejar la dirección del Betis y Celades, de entrada, no goza del impacto mediático suficiente como para colocarle entre los favoritos.
Así las cosas, entre reproches o defensas a la operación urdida por Florentino Pérez y que ha provocado ese auténtico terremoto alrededor de la selección, el nombre que emerge en el primer plano es el de Luis Enrique Martínez al que, de entrada, parece que ni su fuerte carácter restaría opciones.
