Los festejos por el título de las Chivas en la Ciudad de México no terminaron del todo bien, luego de que cerca de 500 aficionados que se dieron cita en el Ángel de la Independencia se liaron a golpes con granaderos.
Minutos después de la Final, poco a poco fueron llegando los fanáticos para replicar la celebración que se daba en esos momentos en una repleta Minerva en Guadalajara.
La gente comenzó con cánticos, gritos de “olé, olé, campeón…”, así como el himno de guerra de esta afición: “¡Chivas, Chivas!”, en una de las esquinas enfrente de la Columna de la Independencia, afuera del Hotel Sheraton.
Eran cerca de 500 seguidores del Rebaño quienes se encontraban rodeados de policías, que no los dejaban dar la vuelta alrededor del monumento para no obstruir la circulación, pues los automóviles continuaban pasando.
Cuando todo parecía tratarse de un festejo más, decenas de aficionados retaron a los policías y empezaron a dar la vuelta, lo que ocasionó una serie de empujones.
Sin embargo, al ver a los aficionados, llegaron más elementos policiacos al monumento para tratar de contenerlos, porque comenzaban a caminar por la calle, no por la banqueta, hacia la glorieta de la Palma.
Esto derivó en empujones de intensidad. Los ánimos se prendieron y algunos aficionados comenzaron a lanzar piedras, sin importar que había niños y mujeres, así como personas de la tercera edad.
Los policías se defendían con sus escudos, pero también a golpes, patadas y macanazos cuando tenían cerca a los aficionados. Quienes llegaron a la glorieta de la Palma le robaron un casco a un policía, lo que ocasionó una corretiza y golpes más fuertes, por lo que algunas personas se intentaron resguardarse en el mencionado hotel.
Los policías ingresaron al lobby para retirar a los que habían entrado, tras lo cual fue dispersada la celebración.
