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Con sabor especial, Arsenal goleó a West Ham

Agencias | 22 Abril 2018 | 09:48
"Clase, lealtad, visión, honor, integridad...Gracias Arsène Wenger", rezaba una de las numerosas pancartas exhibidas en el Emirates. En el primer partido oficial tras el anuncio del entrenador francés de su marcha del club a final de temporada, los 'gunners' se volcaron con su todavía técnico. El estadio, totalmente abarrotado, rindió homenaje con un aura especial en un día que nunca olvidarán los seguidores del Arsenal.
 
Al margen de ser el primer partido tras el anuncio de la marcha de Wenger, el partido ante el West Ham, histórico rival en Londres, tuvo un sabor especial debido a la proximidad con el choque ante el Atlético de Madrid. Por ello, el Arsenal no efectuó demasiadas rotaciones e incluso la estrella gabonesa Aubameyang, que no puede jugar la Europa League, se quedó en el banquillo. Tan sólo Cech y Özil se quedaron sin jugar.
 
Pero a pesar de la emotividad de la cita, el juego de la primera parte nada tuvo que ver con el aura de partido especial que envolvía al juego. Fueron unos primeros cuarenta y cinco minutos plomizos, sin apenas intensidad y donde el Arsenal no se encontraba nada exigido por un West Ham ultradefensivo, que sólo llevó peligro a la portería de Ospina por medio de Arnautovic, que mostró las carencias él sólo de la pareja de centrales Koscielny-Mustafi.
 
Las mejores oportunidades locales llegaron de la mano de un Wellbeck que fue el gunner más activo, y que pudo poner el 1-0 en un par de ocasiones. No lo consiguió y el descanso llegó con la noticia de la lesión de Elneny, que tuvo que abandonar el terreno de juego en camilla con la pierna inmovilizada.
 
El paso por los vestuarios dinamitó a los chicos de Wenger, que salieron desatados. Le metieron un par de marchas más al juego y los Hammers se vinieron abajo incapaces de contrarrestar la posesión y ataques locales, que se adelantaron en el marcador por medio de un zurdazo de Monreal a la salida de un córner.
 
Y la respuesta del equipo no se hizo esperar, ya que cuatro minutos más tarde Arnautovic puso el 1-1 con un zurdazo inapelable ante el que nada pudo hacer Ospina. El gol dejaba la sensación en el ambiente que la defensa del Arsenal hacía aguas cada vez que estaba mínimamente exigida.
 
La presencia de Chicharito arriba desestabilizó a los centrales del Arsenal, que no supieron ajustarse a la pareja de ataque que formaba el mexicano con Arnautovic. Eso provocó que el West Ham se animara y diera un paso hacia delante, frenando el juego de un Arsenal que ya no volvió a encontrarse cómodo en el césped.
 
A pesar de ello, y tirando de orgullo, los locales se fueron arriba en los últimos diez minutos. Avisó Wellbeck con un tiro cruzado desde la izquierda buscando la escuadra, pero Hart, con una mano salvadora, aguantó el 1-1.
 
No pudo hacer otro milagro cuando tres minutos más tarde, el central Rice decidió agacharse y no despejar un centro de Ramsey que se coló directamente en el fondo de la red.
 
Un gol que dejó tocadísimos a los visitantes, que bajaron los brazos y desconectaron del partido. Lacazatte hizo el 3-1 con un disparo desde la banda derecha que rechazó en el defensa y despitó al portero inglés, que nada pudo hacer. La goleada la redondeó otro tanto de Lacazette a dos minutos del final, después de una gran maniobra dentro del área.
 
Trámite completado y a pensar en el Atlético de Madrid, en la última oportunidad de los Gunners para ganar un título europeo bajo las órdenes del técnico francés.
 
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