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Esquiadora estadounidense esparce cenizas en Corea del Sur

AP | 22 Febrero 2018 | 13:54
Lindsey Vonn llegó a Corea del Sur con la meta de llevarse a casa una medalla olímpica y dejar algo aún más especial en este país.
 
Logró ambas metas.
 
La esquiadora estadounidense dijo el jueves que recientemente esparció las cenizas de su abuelo, quien peleó en la Guerra de Corea, sobre una piedra cerca de la montaña donde se realizaron las competencias de los Juegos Olímpicos de Invierno.
 
“Sé que para él significaría bastante estar aquí de nuevo, una parte de él siempre está en Corea del Sur”, dijo Vonn, quien contó su historia a The Associated Press y el diario Chosun Ilbo.
 
Vonn dijo que ella espació parte de las cenizas de Don Kildow “hace solo unos días” sobre una roca que le dijeron era especial. La deportista supo sobre la piedra el año pasado, cuando fue a Corea del Sur para ser nombrada embajadora olímpica de Pyeongchang. Ella describió la ubicación como “casi al inicio de la (ruta de la) carrera masculina”.
 
Vonn se echó a llorar cuando se le preguntó sobre su abuelo durante una conferencia de prensa en Pyeongchang este mes, antes de las Olimpiadas. Kildow murió en noviembre.
 
“Lo extraño tanto”, dijo. “Él ha sido parte importante de mi vida. Y realmente tenía esperanzas de que estuviera vivo para verme (en las Olimpiadas este año). Pero sé que él me está mirando, y sé que él me va a ayudar y que voy a ganar por él”.
 
Vonn ganó una medalla de bronce en la prueba de downhill, pero se retiró durante la prueba del slalom en el evento alpino combinado el jueves, en la que probablemente fue su última competencia olímpica. Ese mismo día, horas después, un grupo de ancianos surcoreanos le dieron a su familia unos regalos y una carta de agradecimiento para resaltar el servicio de su abuelo en la Guerra de Corea, de 1950 a 1953.
 
“Poder competir por él en estas olimpiadas fue muy especial para mí. E hice todo lo que pude para ganar por él”, dijo. “Gané una medalla de bronce, lo cual, sabes, para mí es muy especial. Y creo que él estaría orgulloso de eso”.
 
El jueves durante su reunión breve con los siete ancianos surcoreanos, Vonn les agradeció asentando la cabeza varias veces y les dijo repetidamente: “muchas gracias”. En su carta de reconocimiento, los surcoreanos dijeron que estaban agradecidos por lo que calificaron de contribución de su abuelo a la libertad de Corea del Sur. También le regalaron tradicionales prendas y guantes coreanos.
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