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Boliviano Breitfuss rey latinoamericano de esquí alpino

AP | 22 Febrero 2018 | 09:40
La participación anterior de Bolivia en unos Juegos Olímpicos de Invierno se remontaba a 1992, el año en que nació Simón Breitfuss en Austria. El jueves, este esquiador que viajó a Sudamérica cuando tenía 8 años, se convirtió en el rey latinoamericano del esquí alpino en Pyeongchang.
 
Y desde su trono, modesto como el resto de los logros latinoamericanos en estos Juegos, Breitfuss hizo un exhorto para combatir el cambio climático, que a su juicio fue uno de los motivos de la larga ausencia boliviana en las citas olímpicas invernales.
 
Por segunda ocasión en estos juegos, Breitfuss fue el latinoamericano mejor ubicado en una prueba de esquí alpino. Terminó en el 32do puesto, con un tiempo acumulado de un minuto, 50,42 segundos. El domingo, había sido 43ro en eslalon gigante, lo que también constituyó el mejor papel de América Latina en la prueba.
 
Pero Breitfuss no estaba contento el jueves.
 
“Mal, mal”, dijo tras su primer recorrido, inconforme por una maniobra. “He tenido un muy grande error, antes de la parte plana se me ha ido la vuelta y no tenía más velocidad... Pero ahora atacamos en la segunda”.
 
Lo hizo, y subió ocho posiciones, desde la 40ma, en una jornada en que sólo 43 de 108 participantes concluyeron sus dos recorridos. El primero deparó la eliminación sorpresiva de Marcel Hirscher, el austriaco que había ganado dos oros en Pyeongchang, en eslalon gigante y el combinado alpino.
 
Quedaron también fuera en la primera rueda el chileno Kai Horwitz y el mexicano Rodolfo Dickson. El colombiano Michael Poettoz sí siguió con vida para la segunda y finalizó 37mo.
 
“Muchos se cayeron, no terminaron la carrera, porque la pista está un poco engañosa”, destacó Breitfuss. “Pero si no hubiera cometido este error, seguramente habría estado entre los mejores 30. De todos modos esto para mí es muy bueno, y es para Bolivia”.
 
Breitfuss lleva apenas dos años en pruebas de alto nivel, incluidas las de copa del mundo. Hace nueve años, cuando tenía 17, alguien le planteó la idea de que podía competir por Bolivia, cuya última aparición en los Olímpicos de Invierno fue en Albertville.
 
El país andino ha regresado a estas justas con la fórmula de dos deportistas nacidos en el extranjero y naturalizados: Breitfuss y Timo Gronlund, de origen finlandés y quien compitió en el esquí de fondo.
 
Alguna vez, Bolivia fue sede de la estación de esquí a mayor altitud en el mundo. Las instalaciones en el Cerro Chacaltaya están abandonadas desde hace años.
 
“El deporte de esquí antes estaba mejor en Bolivia, en el Chalcataya, allá arriba, pero ya no hay nieve”, lamentó Breitfuss. “El clima cambió y ahí ya no se puede andar en esquí ni en trineo como antes. Yo hago mucha de mi actividad en Europa. Ojalá que esto cambie, porque si no, en todo el mundo se acaba la nieve”.
 
Al interés por competir como deportista boliviano siguieron seis años de trámite de naturalización, un proceso que culminó en 2015. Una vez concluida su primer aventura olímpica, Breitfuss quiere vivir otra.
 
“Sí, me gustaría estar en Beijing (2022). Estoy trabajando para el futuro, para mejorar”, comentó Breitfuss. “Ojalá que se pueda y que siga habiendo nieve”.
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